Mensaje de confianza
Prepararnos.
Para poder entonar el cántico del Aleluya bajo golpes que,
naturalmente, deberían quebrantar nuestro coraje, es preciso conocer a fondo el
Corazón de Nuestro Señor; es preciso creer ciegamente en su piedad
misericordiosa y en su bondad omnipotente; es preciso tener la absoluta
seguridad de que Él escoge, para sus intervenciones, la hora de las situaciones
desesperadas.
(De "El
Libro de la Confianza", P. Raymond de Thomas
de Saint Laurent)
Comentario:
En los momentos de paz y calma debemos
acostumbrarnos a meditar en la bondad de Dios y de María, en que Ellos nos
cuidan y TODO lo que sucede en nuestras vidas está bajo su control. Si hacemos
así, entonces cuando lleguen las pruebas y las horas de oscuridad, tendremos
confianza en Ellos, sabiendo que no nos abandonan, sino que llevan las riendas
de todo.
¿A qué se debe que cuando sobrevienen las
contrariedades y las horas de angustia, perdemos la paz y la confianza, dudamos
de Dios y de su Madre? Se debe a que no estamos cimentados en la confianza en
Ellos, por no haber meditado lo suficiente en esta verdad, por no haber hecho
actos de confianza en Ellos durante el tiempo de bonanza.
Pero es justamente en la prueba que Dios
quiere mostrar todo su poder y es cuando más mérito tenemos si confiamos
ciegamente en Él.
Así que armémonos de la virtud de la
confianza a toda prueba, meditando y rumiando siempre que Jesús y María nos
protegen, nos cuidan y no dejarán que nos suceda algo realmente malo, pues Ellos
todo lo encauzan para el bien nuestro y el bien de las almas.
Entonces sí que estaremos construyendo
sobre roca, sobre la confianza en Jesús y en María, y los vientos y tempestades
de la vida no podrán derribar nuestra casita, nuestra vida de
gracia.