Ser santos
La vida es prueba.
Si queremos ser santos, tenemos que saber que la vida terrena es prueba,
y que seremos santos si combatimos para superar con éxito esta prueba.
¡Ay de los que se duermen en los laureles y no luchan por su
santificación! No alcanzarán el Paraíso, porque el Cielo solo lo
alcanzarán los esforzados, los que luchan valientemente en esta vida
para mantener y aumentar la gracia santificante en ellos.
Vemos en el mundo que a los que viven de cualquier forma, en pecado, e
incluso son perversos, les va bien, y logran muchos adelantos en lo
material. Es que el demonio los ayuda en lo material, para tenerlos así
entretenidos y, llegado el momento, desfogar contra ellos todo su odio.
¿Qué le importa al demonio tener escondido su odio durante ochenta años,
o lo que dure una vida terrena, si después, por toda la eternidad puede
atormentar a esa persona?
Es por eso que vemos que los que se deciden a ser virtuosos, a ser
santos, enseguida tienen el estorbo de Satanás, que no quiere esto,
porque sabe que un santo no solo se salva él, sino que salva a
muchísimas almas.
Al demonio le importa un bledo de los que no viven en gracia de Dios. En
cambio molesta y hace la guerra a los que quieren ser santos, ser
buenos. Por eso tenemos que prepararnos para la lucha, no teniendo
miedo, ya que el Señor nos dará las gracias y ayudas necesarias para que
salgamos victoriosos contra las fuerzas del mal.
Y por lo demás, ¿qué importa sufrir, aunque sea por toda una vida, si al
final se alcanza el Cielo? Es peor sufrir miles de años en el
Purgatorio, o infinitamente peor, sufrir en el Infierno para siempre.
Así que tomemos coraje y decidámonos a ser santos, aunque el demonio nos
haga la guerra y nos haga sufrir, porque somos nosotros los
interesados, ya que si nos salvamos, somos nosotros los que gozaremos
para siempre; y si nos condenamos, somos también nosotros los que
sufriremos horriblemente en el Infierno para siempre.
Hay que pedir ayuda a Dios y lanzarse a la cima de la montaña de la santidad, que el premio es grande.