Conociendo a Jesucristo
El Corazón de Jesús
Cuando un hombre es bueno decimos: “¡Qué hombre de buen corazón que es!”.
Y entonces ¿qué podemos decir de Jesucristo, que es la Bondad infinita?, ¿qué podemos decir de su Corazón?
Si como nos ha dicho el Señor en el Evangelio: “De la abundancia del
corazón habla la boca”, podemos comprender la bondad del Corazón de
Jesús por las bellísimas palabras que pronunció, por el poder que salía
de ellas.
También nos ha dicho Jesús en su Evangelio que las obras salen del
corazón, como también los deseos, tanto en el mal como en el bien. Y si
vemos cuáles son las obras y deseos que salieron y salen del Corazón de
Jesús, entonces comprobaremos el abismo de bondad que hay en ese
Corazón.
El Corazón de Jesucristo es el Tesoro más grande del universo, porque en Él está Dios mismo reconciliando al mundo consigo.
¡Qué milagro sería si pudiéramos ver ese divino Corazón, si pudiéramos
estudiarlo y conocerlo! Pues bien, podemos hacer esto y mucho más,
podemos comer el Corazón de Jesús, porque ese divino Corazón está en la
Eucaristía, es la Eucaristía. Por lo tanto no conoceremos bien a Jesús
si no comulgamos. Y lo conoceremos cada vez mejor, cuantas más veces
comulguemos debidamente.
Pensemos en estas cosas y no dejemos ni un solo día sin recibir la
Sagrada Comunión, porque es el Corazón de Jesús que se nos entrega para
que lo adoremos y lo conozcamos y nos salvemos, puesto que la Vida
eterna es conocer a Dios Padre y a su Enviado Jesucristo.
¡Alabado sea Jesucristo!