Mensaje espiritual
Lectura espiritual.
Así como el cuerpo necesita alimentarse para poder mantenerse vivo y
desarrollarse, así también el alma necesita alimentarse para poder
sobrevivir y aumentar en sabiduría.
Y el alimento del alma es en primer lugar la Eucaristía, en que viene a
nosotros el mismo Dios hecho hombre: Jesucristo, a colmar nuestra hambre
y sed espiritual.
Pero también debemos alimentar nuestra alma, nuestra inteligencia, con
la lectura espiritual, leyendo y meditando en buenos libros, en primer
lugar la Sagrada Escritura, de preferencia el Evangelio, y también leer
vidas de santos y buenos libros de meditación.
Y no nos desanimemos porque al leer nos olvidamos de la mayor parte de
las cosas que leemos, pues en el momento oportuno el Espíritu Santo nos
las recordará y hará florecer en buenos pensamientos y acciones, y
entonces darán frutos.
Debemos tener presente que nada de lo que entra en nuestra mente se
olvida, sino que todo queda registrado de alguna manera en el
subconsciente y, con el soplo del Espíritu Santo se puede convertir en
frondoso árbol cargado de buenos frutos.
Por eso también es muy importante, además de leer buenos libros, el no
leer malos libros ni mirar mucha televisión, porque todo lo que entra en
nuestra mente e inteligencia deja siempre una huella más o menos
profunda.
Y un medio maravilloso de alimentar nuestra alma es a través de la
oración, especialmente el Santo Rosario, donde vamos meditando los
pasajes de la vida de Jesús y María y nos vamos haciendo, cada vez que
lo rezamos, más semejantes a Ellos dos.
Oración, Comunión eucarística y lectura espiritual deben ser los tres
alimentos de alma, inteligencia y corazón, para ser fuertes en esta vida
contra las tentaciones y pruebas que nos pone el Maligno.
La buena formación diaria es necesaria, porque en un campo donde no se
mantiene la tierra ni se la cuida, muy pronto aparecen plantas nocivas y
plagas. Que no suceda esto con nuestra alma. Cuidémosla y
alimentémosla.