Signos de los tiempos
La Purificación.
La Virgen lo ha dicho repetidas veces: Estamos en la Purificación de la
Iglesia y del mundo entero. Esta Purificación es un aumento de
sufrimientos para todos los hombres. Debemos saber esto para no
desanimarnos cuando nos lleguen cruces que son permitidas por Dios para
que nos hagamos más santos y nos acerquemos más a Dios. Porque cuando
todo nos va bien, a veces nos olvidamos de Dios y de la misericordia con
el prójimo. En cambio, cuando nos llega algún sufrimiento, entonces
levantamos los ojos al Cielo y nos acordamos de la importancia de la
oración y el consuelo que ella trae a nuestras almas, y también nos
compadecemos de las personas que están pasando un dolor semejante al
nuestro. Es difícil sufrir y a nadie le gusta, pero si supiéramos el
valor que tienen las cruces y los méritos y gracias que recibimos al
llevarlas resignadamente, pediríamos a gritos cruces de todo tipo.
Porque lo importante es que seamos misericordiosos. Y es mejor que
seamos misericordiosos en medio de dolores y cruces, que ser duros de
corazón en la mejor salud y tranquilidad de la vida. Dios no ve con
nuestros ojos, y los caminos de Dios están muy distantes de los caminos
de los hombres.
¡Ven Señor Jesús!