Mensaje sobre la oración
Valor de la oración.
¡Ay, Señor mío!, iluminadnos y hacednos comprender lo mucho que valen
ante vuestro Eterno Padre las plegarias que le dirigimos en vuestro
nombre y por vuestros méritos.
“El gran medio de la oración” - San Alfonso María de Ligorio.
Comentario:
Si Dios nos diera la gracia de comprender un poco el valor que tiene la
oración, no dejaríamos de rezar ni por un momento, buscaríamos los
tiempos para rezar el Rosario y todas las oraciones que tienen tantas
promesas para quienes las rezan.
Si no hacemos tiempo durante el día para rezar, no se debe a que
realmente no tengamos tiempo, sino que no lo encontramos porque no
sabemos el gran valor que tiene la oración.
La Virgen, en uno de sus mensajes, ha dicho que debemos querer rezar, y entonces el tiempo de la oración llega solo.
Lo que sucede es que muchas veces dejamos la oración para lo último,
para el final del día, cuando nos acostamos, y se comprende que no
podamos llevarla a cabo, por el sueño.
También los apóstoles en el Huerto de los Olivos se quedaron dormidos
mientras el Señor sudaba sangre, y por no haber perseverado en la
oración, fueron luego miserablemente vencidos por el demonio.
Todos los santos aprovechaban la mayor parte del tiempo para rezar, y
por eso eran santos, y por eso hacían milagros y eran grandes apóstoles.
Si no rezamos, estamos perdidos. Comencemos al menos con tres avemarías
cada día, pero seamos constantes, hagámoslas cueste lo que cueste. Luego
sigamos con el rezo diario de un misterio del Rosario. Y cuando podamos
más, recemos el Rosario de los cinco misterios. Pero recemos algo
porque quien no reza está destinado a perecer, en el tiempo y en la
eternidad.