Ser santos
¿El tiempo es oro?
Una máxima del mundo, muy conocida, es la siguiente: “El tiempo es oro”.
Pero para el cristiano no es así, sino que se convierte en esta otra:
“El tiempo es gloria”. Y justamente es así porque para un cristiano cada
momento de su vida es una oportunidad de ser mejor, de ser santo, y de
aumentar así la gloria que recibirá en el Cielo.
¿Pero los cristianos de ahora tienen esta visión sobrenatural del
tiempo? ¿O más bien malgastan el tiempo en vanidades y en distracciones
que no ayudan a ser santos sino que más bien obstaculizan a dicho fin?
Es tiempo de dar más valor al tiempo, recordando que la única vida que
tenemos es esta que vivimos ahora, y recordar que luego viene la muerte y
con ella el Juicio y la eternidad, donde recibiremos los premios o
castigos que hayamos merecido en este mundo.
No hay vuelta atrás, y el tiempo que se va no vuelve. No seamos como
esos insensatos que de la fortuna que tienen en sus manos, acaban
haciendo miseria, sino aprovechemos bien el tiempo, dando por supuesto
un momento a la diversión y al esparcimiento, pero tomándonos la vida
muy en serio, porque Cielo o Infierno son lo bastante serios y no
podemos tomarnos las cosas en broma y andar despreocupados por esta
vida.
No existe la reencarnación, esa es una patraña del demonio, para
hacernos creer que tendremos otras posibilidades. ¡No! El hombre vive
una sola vez, muere una sola vez y es juzgado para siempre y se le fija
un destino eterno que nunca cambiará, mientras Dios sea Dios.
Reflexionemos cómo es que estamos utilizando el tiempo de vida que
tenemos y, si encontramos que hay deficiencias y que despilfarramos el
tiempo inútilmente, cambiemos el rumbo porque todavía estamos a tiempo.