lunes, 15 de octubre de 2012

Cartas de San Pablo...


Cartas de San Pablo.

Cabellera. 
Juzguen por ustedes mismos. ¿Está bien que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta? ¿No les enseña la misma naturaleza que es una afrenta para el varón la cabellera, mientras es una gloria para la mujer la cabellera? En efecto, la cabellera le ha sido dada a modo de velo. De todos modos, si alguien quiere discutir, no es ésa nuestra costumbre ni la de las Iglesias de Dios. (1 Co 11, 13-16). 
Comentario: 
La mujer puede ir con velo o sin velo a la iglesia. Si va con velo, hace bien; y si va sin velo, también hace bien porque la misma cabellera le hace como de velo, como lo dice aquí el mismo San Pablo.
Es una buena costumbre que la mujer vaya a la iglesia con velo. Y en estos tiempos se ha perdido esa costumbre, pero no está abolida la ley, sino que se da cierta libertad a las mujeres.
María Magdalena que lloró a los pies de Jesús y enjugó con sus cabellos las lágrimas que le caían sobre los pies del Señor, humilló lo más grande y glorioso que tiene la mujer, a saber: la cabellera, que es como seda natural con que Dios ha dotado a las mujeres.
Por eso quien va con velo a la iglesia procede mejor, porque sigue las normas que todavía tiene la Iglesia Católica, y oculta uno de sus encantos seductores, por los que el hombre mira a la mujer.
Pero las modas de hoy han hecho que las mujeres no sólo vayan sin velo a la iglesia, sino que muchas de ellas van tan indecorosamente vestidas, tan “elegantemente desnudas”, que es una vergüenza que se presenten tan descaradamente ante Dios, y sean motivo de tropiezo para los hombres.
¡San Pablo, ruega por nosotros!

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