domingo, 16 de diciembre de 2012
Jesús y María...
Mensaje a los consoladores de Jesús y María
Ir a Misa.
Jesús, sé que no hay nada que te consuele más que cuando yo voy, a pesar de mis ocupaciones y trabajos, a Misa, a presenciar el Santo Sacrificio de la Misa, en que Tú, junto con tu Madre, se ofrecen nuevamente al Padre eterno. Sé que no hay nada más bello que pueda hacer en este mundo, nada que te sea más agradable que esto, que yo participe de la Misa. Porque en la Misa vuelves a entregar tu vida, y Tú has querido que los que no vivimos en tu época, podamos ahora ir a consolarte en el momento del ofrecimiento en la Cruz, ya que para eso has instituido la Santa Misa.
Y yo que me ocupo y preocupo por tantas cosas vanas, inútiles y no pocas veces pecaminosas, en lugar de ir a Misa todos los días. Porque ¿es en verdad imposible que yo vaya a Misa todos los días, o es por dejadez u otro motivo, que no concurro? Tengo que pensar bien por qué no voy a Misa, y al menos hacer el propósito de ir los domingos, como manda la Iglesia, un mandato de amor, porque yendo a la Misa te estamos consolando y recibimos innumerables gracias para nosotros y para nuestros seres queridos.
Jesús, a partir de hoy, quiero ser más asiduo participante de tu Banquete Celestial, concurriendo a Misa y haciendo todo para agradarte, para quitarte esas espinas que los hombres, todos, te clavamos en tu Divino Corazón y en el Inmaculado Corazón de Tu Santísima Madre.
Quiero aprovechar a ir a Misa mientras haya Misas, porque vendrá un día, quizás no muy lejano, en que dominará el Impío, y suprimirá la celebración del Santo Sacrificio, y se hará muy difícil y peligroso asistir a la Misa, celebrada ocultamente por buenos y fieles sacerdotes. ¡Ojalá yo aproveche este tiempo de gracia que se me concede para ir lo más frecuentemente posible a Misa, a consolarte!
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