domingo, 30 de diciembre de 2012

Salmos...

Partículas de Salmos

Raíz de todos los males. 
También tu siervo es iluminado por ellos, y en su observancia halla gran galardón. Mas ¿quién es el que conoce sus defectos? Purifícame de los que no advierto. Preserva a tu siervo, para que nunca domine en mí la soberbia. Entonces seré íntegro, y estaré libre del gran pecado. (Salmo 18, 12-14). 
Comentario: 
La soberbia es la raíz de todos los males y pecados, y por eso debemos pedir a Dios que nos libre de ella. Fue el pecado de Lucifer, y fue también el pecado de Adán y Eva, y en la raíz de todo pecado, la encontramos.
Por eso tenemos que trabajar constantemente la virtud de la humildad, que es la opuesta a la soberbia, y es la base de todo el edificio espiritual.
Ojalá Dios nos dé la gracia de conocernos a nosotros mismos. Es un gran don éste de conocerse a sí mismo, de descubrir los propios defectos, porque quien no sabe que está enfermo, no se da prisa en curarse ni toma las medicinas apropiadas. Entonces si Dios nos da la gracia de revelar a nuestra inteligencia los defectos que tenemos, podremos poner el hacha en la raíz y cortar todo árbol que es maligno.
La vida del cristiano consiste en ser santo, y para serlo hay que cumplir cada vez mejor los diez mandamientos.
Debemos huir de la soberbia como de una peste, porque ella es semillero para todos los demás pecados, y es el pecado que más detesta Dios, y con el que más nos asemejamos al demonio.
¡Bendito sea Dios!


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