Formación católica
Discernimiento de espíritus.
El hombre constantemente debe estar eligiendo el bien y rechazando el mal. En cada momento de la jornada, desde que se levanta hasta que se acuesta, desde la niñez hasta la muerte, debe elegir constantemente el buen camino y evitar el malo.
De aquí se desprende la gran importancia que tiene el saber discernir las inspiraciones que nos llegan de dos fuentes bien diferentes: Dios o Satanás.
Y como el demonio suele revestirse de ángel de luz, para engañar especialmente a quienes están más avanzados en la vida espiritual, hay que contar con señas que nos descubran las tácticas del enemigo, sabiendo las consecuencias que dejan en nuestra alma los movimientos de Uno o del otro.
Cuando es Dios quien inspira algo, todo nos deja en paz y se siente una gran alegría, un sosiego, una tranquilidad.
En cambio cuando la inspiración viene del Infierno, nos deja inquietud, desasosiego, angustia, etc.
Y esto se suele dar mucho posteriormente al pecado, porque después de pecar, viene el demonio y trata de descorazonarnos, de llevarnos a la desesperación, torturando nuestro espíritu y tratando de que desconfiemos de Dios, como le pasó a Judas, que murió desesperado.
Entonces aprendamos hoy esta verdad: Lo que viene de Dios SIEMPRE nos deja paz. Lo que viene del Maligno, SIEMPRE nos deja turbación e inquietud.
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