REFLEXIÓN DEL DÍA
Exquisitos en la
caridad.
Dios quiere que amemos sin medida, tanto a
Él como a nuestros prójimos. Y Él quiere que seamos exquisitos en la caridad,
porque el amor no se demuestra sólo en las grandes acciones, en las magníficas
obras, sino también, y a veces tanto más, en las cosas pequeñas de todos los
días, con nuestros seres queridos.
Ya Jesús nos ha dicho en el Evangelio que
quien es fiel en lo poco, también será fiel en lo mucho. Y si hacemos con amor
los mil favores que cada día tenemos que hacer a nuestros hermanos, entonces
quizás un día el Señor nos destine a hacer una gran obra de
amor.
Pero hay más. Y es que las obras pequeñas
y más insignificantes, si están hechas con mucho amor a Dios y a los hombres,
entonces se convierten en cosas realmente grandes, aunque humanamente sean
naderías.
Recordemos que ante Dios no hay nada
grande ni nada pequeño, sino que hay cosas hechas con amor y sin
él.
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