COMENZANDO EL DÍA
Combate.
Cada día que comenzamos es un combate que se nos presenta, contra las fuerzas del Mal, y contra nosotros mismos.
Por eso al empezar el día tenemos que hacer bien la oración de la mañana y, en lo posible, rociar con agua bendita los ambientes donde pasaremos la jornada, porque los demonios existen y son un número sin número, que causan sufrimientos, malentendidos, riñas, peleas, malas caras, etc., y tenemos que defendernos utilizando el agua bendita y también portando signos benditos, como medallas, escapularios, rosarios.
Cada día que comenzamos tenemos que prepararnos para un combate en que está en juego nuestra salvación eterna, y la salvación de otras muchas almas, quizás muchísimas almas.
Recordemos esto cada mañana, porque tenemos enemigos formidables que esperan el momento oportuno para robarnos la gracia y vencernos.
Los quiero mucho...
y les deseo un felíz día martes...
recen por el Papa Francisco...
Dios los bendiga, amén...
Los quiero mucho...
y les deseo un felíz día martes...
recen por el Papa Francisco...
Dios los bendiga, amén...
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