TERMINANDO EL DÍA
Frutos.
Por gracia de Dios estamos concluyendo otro día más, y en él quizás no hemos podido realizar grandes obras ni brillantes apostolados, porque tal vez nos tocó hoy sufrir un poco por diversos motivos.
Pero hay que pensar que quizás con nuestro padecer hicimos más que si hubiésemos evangelizado todo nuestro barrio, puesto que Dios ve las cosas a la manera divina, y pesa las cosas de distinta forma a como las pesamos nosotros. Dios valora mucho, muchísimo el sufrimiento, sea el que sea, porque cuando uno sufre se hace semejante a Cristo, y colabora en la redención propia y ajena.
Demos gracias a Dios por el día vivido, aunque haya tenido sinsabores, tristezas y dolor, porque mediante ello el Señor nos permite descontar nuestro tiempo de Purgatorio, e interceder por los que más amamos.
Nada es inútil en la vida si se obra con amor a Dios en cada cosa.
Recordemos que todavía no estamos en el Cielo, sino que estamos en la prueba de la vida, y que no podemos vivir sólo de caramelos.
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