25
de Julio
Santiago
el mayor
ApóstoI
Año 44
ApóstoI
Año 44
El
nombre Santiago, proviene de
dos palabras Sant Iacob. Porque su nombre en hebreo era Jacob.
Los españoles en
sus batallas gritaban: "Sant Iacob, ayúdenos". Y de tanto
repetir
estas dos palabras, las unieron formando una sola: Santiago.
Fue
uno de los 12 apóstoles del Señor.
Era
hermano de San Juan evangelista. Se le llamaba el Mayor, para
distinguirlo del
otro apóstol, Santiago el Menor, que era más joven que él. Con
sus padres Zebedeo
y Salomé vivía en la ciudad de Betsaida, junto al Mar de
Galilea, donde tenían
una pequeña empresa de pesca. Tenían obreros a su servicio, y su
situación económica
era bastante buena pues podían ausentarse del trabajo por varias
semanas, como
lo hizo su hermano Juan cuando se fue a estarse una temporada en
el Jordán
escuchando a Juan Bautista.
Santiago
formó parte del grupo de los tres preferidos de Jesús, junto con
su hermano
Juan y con Simón Pedro. Después de presenciar la pesca
milagrosa, al oír que
Jesús les decía: "Desde ahora seréis pescadores de hombres",
dejó sus
redes y a su padre y a su empresa pesquera y se fue con
Jesucristo a
colaborarle en su apostolado. Presenció todos los grandes
milagros de Cristo, y
con Pedro y Juan fueron los únicos que estuvieron presentes en
la
Transfiguración del Señor y en su Oración en el Huerto de
Getsemaní. ¿Por qué
lo prefería tanto Jesús? Quizás porque (como dice San Juan
Crisóstomo) era el
más atrevido y valiente para declararse amigo y seguidor del
Redentor, o porque
iba a ser el primero que derramaría su sangre por proclamar su
fe en
Jesucristo. Que Jesús nos tenga también a nosotros en el grupo
de sus
preferidos.
Cuenta
el santo Evangelio que una vez al pasar por un pueblo de
Samaria, la gente no
quiso proporcionarles ningún alimento y que Santiago y Juan le
pidieron a Jesús
que hiciera llover fuego del cielo y quemara a esos maleducados.
Cristo tuvo
que regañarlos por ese espíritu vengativo, y les recordó que El
no había venido
a hacer daño a nadie sino a salvar al mayor número posible de
personas.
Santiago no era santo cuando se hizo discípulo del Señor. La
santidad le irá
llegando poquito a poco.
Otro
día Santiago y Juan comisionaron a Salomé, su madre, para que
fuera a pedirle a
Jesús que en el día de su gloria los colocara a ellos dos en los
primeros
puestos: uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús les dijo:
"¿Serán
capaces de beber el cáliz de amargura que yo voy a beber?" Ellos
le
dijeron: "Sí somos capaces". Cristo añadió: "El cáliz de
amargura sí lo beberán, pero el ocupar los primeros puestos no
me corresponde a
Mí el concederlo, sino que esos puestos son para aquellos para
quienes los
tiene reservado mi Padre Celestial". Los otros apóstoles se
disgustaron
por esta petición tan vanidosa de los dos hijos de Zebedeo, pero
Jesús les dijo
a todos: "El que quiera ser el primero, que se haga el servidor
de todos,
a imitación del Hijo del hombre que no ha venido a ser servido
sino a
servir". Seguramente que con esta lección de Jesús, habrá
aprendido
Santiago a ser más humilde.
Después
de la Ascención de Jesús, Santiago el Mayor se distinguió como
una de las
principales figuras entre el gurpo de los Apóstoles. Por eso
cuando el rey
Herodes Agripa se propuso acabar con los seguidores de Cristo,
lo primero que
hizo fue mandar cortarle la cabeza a Santiago, y encarcelar a
Pedro. Así el
hijo de Zebedeo tuvo el honor de ser el primero de los apóstoles
que derramó su
sangre por proclamar la religión de Jesús Resucitado.
Antiguas
tradiciones (del siglo VI) dicen que Santiago alcanzó a ir hasta
España a
evangelizar. Y desde el siglo IX se cree que su cuerpo se
encuentra en la
catedral de Compostela (norte de España) y a ese santuario han
ido miles y
miles de peregrinos por siglos y siglos y han conseguido
maravillosos favores
del cielo. El historiador Pérez de Urbel dice que lo que hay en
Santiago de
Compostela son unas reliquias, o sea restos del Apóstol, que
fueron llevados
allí desde Palestina.
Es
Patrono de España y de su caballería. Los españoles lo han
invocado en momentos
de grandes peligros y han sentido su poderosa protección.
También nosotros si
pedimos su intercesión conseguiremos sus favores.
Apóstol
Santiago: pídele a Jesús que seamos muchos, muchos, los que
como tú, nos
dediquemos con toda valentía y generosidad a propagar por el
mundo la religión
de Cristo.
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