Mensaje de conversión
Bagatelas.
¡Qué astuto que es el demonio, que
nos entretiene con bagatelas, con tal de que no pensemos en nuestra vida
espiritual y que no recemos! Él hace de todo para distraernos, y si no estamos
vigilantes, poco a poco nos va atando con preocupaciones, ocupaciones y
actividades que incluso parecen impostergables, pero que sólo nos quitan el
tiempo para la oración y la vida interior.
Estemos atentos porque ya el Señor
ha dicho en su Evangelio que sin Él no podemos hacer absolutamente nada. Y a Él
lo tenemos por medio de la gracia santificante, por la Comunión eucarística y
por la oración.
Así que si queremos hacer
apostolado y trabajar por la gloria de Dios, está bien que tengamos actividades
y proyectos, pero sin olvidar el centro de todo: Jesús, Dios, la vida interior,
la oración, porque de lo contrario trabajaremos en balde y no cosecharemos
frutos.
Especialmente con la vida moderna
el diablo nos busca multitud de intereses que atender, y así somos desviados
paulatinamente del camino del bien.
¡Atención! porque ningún santo se
hizo santo sin oración, ¡y mucha, muchísima oración! Y ninguno de ellos realizó
grandes obras para la gloria de Dios y bien de las almas, sin una gran vida
interior.
Por eso pensemos a ver en qué
estamos ocupando nuestro tiempo y demos a cada cosa su lugar: el primero a la
oración, porque sin oración pronto seremos cadáveres en el alma, y fáciles
presas de Satanás.
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