Rayos de Fe
El alma.
El hombre tiene un alma espiritual e inmortal, y por eso es semejante a Dios, que es Espíritu puro.
El alma es creada por Dios en el momento de la concepción del hombre y
ya no dejará de existir por toda la eternidad. Nuestro cuerpo morirá y
dejará de existir, pero nuestra alma sobrevivirá al cuerpo y, según haya
sido su obrar en la tierra, merecerá premio o castigo, Cielo o
Infierno, y para siempre.
Hoy el demonio utiliza su error preferido que es el materialismo, el
ateísmo marxista, que niega la existencia del alma, y dice que el hombre
es un animal más. Debemos ponernos en guardia contra este error
diabólico y no dejarnos arrastrar por él, porque tenemos un alma creada
por Dios y, mientras Dios sea Dios, es decir, eternamente, nuestra alma
existirá, ya sea en el Cielo, gozando de una felicidad inenarrable; o en
el Infierno, torturada con tormentos inimaginables.
El hombre es un compuesto de cuerpo y alma, pero debemos darle mayor
importancia al alma y cuidar el cuerpo en función de la salvación del
alma. En cambio si al cuerpo le damos todos los gustos y placeres,
matamos nuestra alma con el pecado y si morimos en ese lamentable estado
nos condenamos.
La cuestión más importante para cada uno de nosotros es salvar nuestra
propia alma, porque si no nos salvamos, lo hemos perdido todo. Hoy no se
piensa en esto y se vive para gozar y dar toda clase de satisfacción al
cuerpo, y se mata el alma con el pecado.
El alma es como una chispa de Dios, que fue creada para gozar de Dios y
que no será feliz hasta que no posea a Dios para siempre en el Cielo.
Después de buscar la salvación de la propia alma, también hay que buscar
la salvación de las almas de los hermanos, pero recordando siempre el
dicho que dice: “Alma por alma, salvo la mía”, es decir que en primer
lugar debo buscar la salvación de mi propia alma, y luego intentar
salvar a los demás.
Las almas son creadas directamente por Dios y son infundidas en los
cuerpos humanos en el momento de la concepción de ellos, por eso es un
crimen tan abominable el aborto, pues ese pequeño ser que se mata tiene,
además de un cuerpito, un alma inmortal y espiritual. Esto lo niegan
los que promueven el aborto y hasta niegan que sea un ser humano el que
se mata. El aborto es un crimen horrendo inspirado por Satanás, que odia
eternamente a Dios y a los hombres.
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