Reflexionando con la Biblia
El hombre tiene alma.
Y formó Yahvé Dios al hombre del polvo de la tierra e insufló en sus
narices aliento de vida, de modo que el hombre vino a ser alma viviente.
(Génesis 2, 7)
Reflexión:
Dios transmite su misma vida al hombre, transmite su Espíritu dándole al
hombre un alma inmortal y espiritual, y allí está la imagen y semejanza
entre Dios y su criatura. El alma es como una partecita de Dios, como
una chispa divina, y es lo que nos diferencia de los animales. El hombre
no viene del mono, sino que fue creado directamente por Dios. Adán y
Eva existieron y fueron hombre y mujer perfectos y de una belleza
grandiosa. Con esta doctrina de que el hombre desciende del mono, el
demonio nos quiere llevar a creernos que somos un animal más como todos
los demás. Es eslabón perdido nunca apareció y nunca aparecerá, porque
la teoría darwiniana es un craso error ya rechazada también por muchos
científicos. Tenemos un alma inmortal y ya sea en el Cielo o en el
Infierno, existiremos para siempre. Por eso es tan importante que
vivamos esta vida cumpliendo los mandamientos y tratando de ganar el
Cielo y evitar el Infierno, porque una vez creados ya somos eternos.
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