lunes, 11 de junio de 2012

Evangelio del día...

lunes 11/JUN/12

Evangelio del día 

Mt 4, 25-5, 12. 
Consuelo en la aflicción. 
Seguían a Jesús grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania. Al ver la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: “Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron”. 
Reflexión: 
Quedémonos hoy con la siguiente bienaventuranza: “Felices los afligidos, porque serán consolados”. Y es que en este mundo el cristiano auténtico tendrá sufrimientos, pues el demonio, autor de todo mal, tratará de atormentarlo y hacerlo sufrir para que se rebele contra Dios y abandone el camino de la virtud. Pero ¡qué felicidad al llegar al Cielo! ¡Cómo Dios nos estrechará entre sus brazos y nos colmará de besos y delicadezas que en este mundo ni siquiera podemos comprender ni imaginar! Por eso, si estamos sufriendo, recordemos que esto no durará para siempre y que nos espera la FELICIDAD, así con mayúscula, por toda la eternidad.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de que ya Ella aquí en la tierra nos consuele para no desfallecer en el camino, ya que la Virgen es Consuelo de los afligidos.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.