miércoles, 9 de mayo de 2018

Sto Evangelio...

Evangelio del día.

martes 8/MAY/18.
Jn 19, 25-27.
Nuestra Señora de Luján. Patrona de la Argentina.
Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu madre”. Y desde aquella Hora, el discípulo la recibió como suya.
Reflexión:
Hoy en Argentina celebramos a Nuestra Señora de Luján, que es la Patrona de nuestra nación.
Y en este pasaje del Evangelio vemos cómo el Señor, en el momento más crítico de su misión, entrega a su Madre al apóstol amado, y en él, nos la entrega a todos los hombres.
Es que María es verdaderamente nuestra Madre, porque es Madre de la gracia de nuestra alma, y la gracia es la vida del alma, así que María es verdadera Madre nuestra.
Dice San Luis María Grignion de Montfort que a quien Dios lo quiere hacer muy santo, lo hace muy devoto de María. Por eso nosotros debemos tener una muy grande devoción y amor a la Santísima Virgen, que es como el secreto que Dios nos da para que alcancemos el Paraíso en corto tiempo.
Sí, el devoto de María nunca se perderá y siempre saldrá vencedor contra todos sus enemigos.
Hoy el demonio, valiéndose del ateísmo marxista, quiere sumergir con sus errores a la Santísima Virgen y sus privilegios. Entonces ha llegado el tiempo de que nosotros, sus hijos, la defendamos y la ensalcemos como Ella se merece.
Porque María es la que aplastará la cabeza de la serpiente infernal y la que vencerá a este enorme Dragón rojo del comunismo que quiere dominar todo el mundo.
Confiémonos a María y confiemos ciegamente en Ella y en su protección y ayuda, que no quedaremos defraudados ni confundidos, y por más que todo el Infierno nos haga la guerra, con María saldremos triunfadores.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de acudir a Ella constantemente implorando su auxilio y compartiendo la vida con Ella, preguntándole a cada momento qué es lo que Ella quiere que hagamos, para que María nos guíe a cumplir la voluntad de Dios y la misión que cada uno de nosotros tenemos sobre la tierra.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.