miércoles, 12 de agosto de 2015

El Purgatorio...

Mensaje sobre el Purgatorio

Amor postergado.
Los hombres que vivimos en el mundo no podemos entender a las Almas del Purgatorio, no podemos imaginar ni comprender los sufrimientos que padecen.
Pero si quisiéramos hacernos una idea, una sombra de aquel martirio, tendríamos que poner el ejemplo de los enamorados. Cuando uno ama a alguien, quiere estar con ese alguien constantemente y para siempre; y cuando más fuerte es el amor y la atracción, más se sufre si se debe estar separados.
Pues bien, Dios es la Belleza infinita, es el Amor eterno, y el alma, cuando se presentó ante Dios en el Juicio particular, inmediatamente después de su muerte, ha visto quién es Dios, se ha enamorado locamente de Él y quiere lanzarse a abrazarlo para siempre en una unión eterna. Pero se da cuenta de que está manchada con el pecado, y entonces debe alejarse de Dios para purgar sus manchas.
Sucede en esto como nos pasa a nosotros, que cuando apreciamos y amamos a alguien, cuando nos encontramos con ese alguien y queremos abrazarlo, queremos estar limpios, pues si estamos sucios o con feo olor, queremos primero darnos un baño, limpiarnos, para agradar a nuestro amado o amada.
Así también las almas que han muerto en gracia de Dios, pero quedaron manchadas, quieren unirse para siempre a su Amado: Dios, pero se dan cuenta de que están sucias, y que por su culpa ahora tienen que estar alejadas de su Amor por mucho tiempo para limpiarse y ser dignas de unirse a su Amor.
Y pensemos lo que puede significar el estar separados del amor de nuestra vida. Quien haya estado enamorado alguna vez y no haya podido concretar su amor, su relación con el ser amado, comprenderá aunque sea un poco lo que padecen estas almas.
Por ello, si rezamos por las Benditas Almas del Purgatorio, hacemos celebrar Misas por ellas, ofrecemos pequeños sacrificios, y en fin, hacemos todo lo que tenemos que hacer cada día, lo corriente, pero con la intención de aliviarlas, entonces estas almas estarán eternamente agradecidas con nosotros, y Dios, que quiere unirse lo antes posible a ellas, también nos quedará agradecido, de modo que nuestra vida será feliz porque Dios y las Benditas Almas nos protegerán y nos darán TODOS los auxilios que necesitemos en nuestro peregrinar terreno.
Pensemos en estas cosas y hagamos la mayor obra de caridad y misericordia, socorriendo a las Benditas Almas del Purgatorio.