lunes, 14 de julio de 2014

Oración...

Quince minutos con Jesús Misericordioso

Lo importante es amar. 
Jesús Misericordioso, ayúdame a comprender que lo importante en la vida es amar, amarte a Ti y amar a mi prójimo. Porque sólo el amor es el que da valor a las obras y los sacrificios. Sin amor a Dios y a los hermanos, somos los seres más pobres de la tierra.
Jesús, ¡cuántas veces me olvido de elevarte, durante el transcurso del día, un  pensamiento de amor! Ojalá yo recuerde que siempre estás presente en mi vida, que estás a mi lado, acompañándome y sufriendo conmigo, y gozando también conmigo.
¡Qué bueno eres Señor Jesús, que me amas a pesar de que tantas y tantas veces estoy como distraído, haciendo mil cosas o entretenido en bagatelas, y me olvido de pensar en Ti, de decirte que te amo! Y sin embargo Tú quieres mi corazón, porque eres el Dueño de todo el universo, pero no eres el dueño de mi corazón, del corazón de tantos hombres.
Jesús, desde hoy quiero encomendarme completamente a Ti y consagrarte a todos mis seres queridos, familiares y amigos, para que Tú dispongas de ellos y de mí a tu voluntad, ya que sé muy bien que lo que vale es cumplir tu adorable voluntad. Sólo te pido que tengas compasión de nosotros, que somos muy imperfectos, y que al menor soplo de contradicción ya caemos miserablemente y nos desanimamos.
Misericordia divina, ten  compasión especialmente de los pobres pecadores, que no te conocen, porque creen que eres un Dios castigador, y que no pocas veces así lo mostramos los católicos.
En fin, te ruego, Jesús mío, que no dejes de amarme y de prodigarme todos tus favores y ternuras, aunque yo a veces no los aprecie. Pero te prometo que en la eternidad te agradeceré y te amaré por todo lo que no te agradecí y amé en la tierra.