miércoles, 28 de mayo de 2014

Novena...

Novena a Santa Teresita del Niño Jesús

ORIGEN

El R. P. Putigau, sacerdote de la Compañía de Jesús, el día 3 de diciembre de 1925 comenzó una novena en honor de Santa Teresita del Niño Jesús, pidiendo a la milagrosa Santita una gracia importante. Con esta intención comenzó a rezar durante la novena 24 Gloria al Padre, en acción de gracias a la Santísima Trinidad por los favores y gracias concedidos a Santa Teresita del Niño Jesús, durante los 24 años de su existencia terrena.  Pidió el Padre, a Santa Teresita que le diera una señal de que su novena era escuchada, y esta señal sería recibir él, de alguien, una rosa fresca y entreabierta. En el tercer día de la novena, una persona busca al P. Putigau y le ofrece una linda rosa, encarnada.
El 24 de diciembre del mismo año el Padre comenzó una segunda novena y pedía ahora, como señal una rosa blanca. En el cuarto día de la novena, una Hermana, enfermera del hospital, le trajo una linda rosa blanca diciendo:
– Aquí está una rosa que Santa Teresita envía a Vuestra Reverencia.
Sorprendido, pregunta el Padre:
– ¿De dónde viene esta rosa?
– Fui a la Capilla donde se encuentra adornada una bella imagen de Santa Teresita –dice la Hermana–, y al aproximarme al altar de la Santita, cayó a mis pies esta rosa. Quise colocarla de nuevo en el jarrón, pero me acordé de traerla a Vuestra Reverencia.
El P. Putigau, S.J. alcanzó las gracias pedidas en la novena, y resolvió propagarla formando una cruzada de oraciones en honor de Santa Teresita. 

LA NOVENA 

Puede hacerse la novena de los 24 Gloria al Padre en cualquier día del mes, pero es preferible y mucho más ventajoso hacerla del 9 al 17 de cualquier mes, a fin de participar en la comunión de oraciones de los que la hacen.
Récense, durante los nueve días solamente, 24 Gloria al Padre cada día, a la Santísima Trinidad, en acción de gracias por los favores y gracias con que enriqueció el alma de Santa Teresita del Niño Jesús durante los 24 años que ella vivió en la tierra, pudiendo usar la siguiente

ORACIÓN 

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo les agradezco todos los favores, todas las gracias con que enriquecisteis el alma de vuestra sierva Teresita del Niño Jesús durante los 24 años que pasó en la tierra, y por los méritos de tan querida Santita, concededme la gracia que tan ardientemente os pido, si fuere conforme a vuestra santísima voluntad y para salvación de mi alma. Amén.
Pídase la gracia que se desea conseguir.
Récense enseguida 24 veces:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Pueden añadirse a cada Gloria al Padre las Invocaciones, que en forma de letanía, ponemos a continuación:

INVOCACIONES

1. Santa Teresita del Niño Jesús, ruega por nosotros. Gloria al Padre etc.
2. 
Florecita de Jesús...3. Hija predilecta de María...4. Esposa fiel de Jesús...5. Madre de innumerables almas...6. Ejemplar de santidad...

7. 
Milagro de virtudes...
8. 
Prodigio de milagros...9. Virgen prudente...10. Heroína de la fe...11. Ángel de Caridad...12. Violeta de humildad...13. Mística pasionaria...14. Lirio purísimo del Carmelo...15. Flor selecta de la Iglesia...16. Rosa deshojada de amor...17. Mártir de amor...18. Encanto de cielos y tierra19. Mensajera de la paz...20. Patrona de las misiones...21. Sembradora de rosas...22. Maestra de Infancia Espiritual...23. Abogada de los Sacerdotes...24. Vos que pasáis el cielo haciendo bien sobre la tierra...

Santidad...

Ser santos
Todo nos debe ayudar.
A veces queremos ser santos pero a nuestra manera, a nuestro parecer, queriendo que nos ocurran algunas cosas pero no otras. Sin embargo debemos aprender a aprovechar TODO lo que nos ocurre en nuestra vida para crecer en santidad. Porque la santidad consiste en hacer coincidir nuestra voluntad con la Voluntad de Dios, y si Dios quiere o permite ciertas cosas que nos desagradan, no nos desanimemos ni nos desesperemos, sino aprovechémoslas como un peldaño para subir hacia Dios, para despreciar lo pasajero del mundo, y entender que no puede ser santo quien no esté dispuesto a padecer.
La santidad sin el dolor es algo imposible, no existe, para el hombre al menos. Podrán ser santos los ángeles del cielo y los espíritus puros. Pero los hombres, todos los hombres, tenemos que pasar por la cruz para ser santos. Si Jesús y María, que eran Santos, tuvieron que experimentar el dolor, nosotros no podemos ser la excepción.
Quien no esté dispuesto a sufrir contratiempos e incomodidades por la santidad, no llegará muy lejos en el camino de la perfección. Cristo nos ha enseñado ese camino, y no existe otro, si no el Señor nos lo hubiera dicho, porque siente compasión de nuestra pobre naturaleza que le cuesta sufrir. Pero no hay otro camino para llegar al Cielo y para ser santo, que el camino regio de la cruz.
Así que dispongamos nuestro corazón a los acontecimientos que sobrevengan en nuestras vidas, porque en el mundo está el demonio, que es quien quiere probarnos para que, descorazonados, nos alejemos de Dios, culpándole de nuestro mal. Y pidamos a Dios a través de la oración, que nos defienda del mal, y del Maligno, para que nuestras pruebas no nos superen y podamos sacar bien del mal que nos hacen las criaturas.