sábado, 26 de marzo de 2016

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Información sobre la Consagración a María

[30] Así como en la generación natural y corporal concurren el padre y la madre, también en la generación sobrenatural y espiritual hay un Padre, que es Dios, y una Madre, que es María.
Todos los verdaderos hijos de Dios y predestinados tienen a Dios por Padre y a María por Madre. Y quien no tenga a María por Madre, tampoco tiene a Dios por Padre. Por esto, los réprobos, como los herejes, cismáticos, etc., que odian o miran con desprecio o indiferencia a la Santísima Virgen, no tienen a Dios por Padre, aunque se jacten de ello, porque no tienen a María por Madre. Que si la tuviesen por tal, la amarían y honrarían, como el buen hijo ama y honra naturalmente a la madre que le dio la vida.
La señal más infalible y segura para distinguir a un hereje, a un hombre de perversa doctrina, a un réprobo de un predestinado, es que el hereje y el réprobo no tienen sino desprecio o indiferencia para con la Santísima Virgen, cuyo culto y amor procuran disminuir con sus palabras y ejemplos, abierta u ocultamente y, a veces, con pretextos aparentemente válidos.
¡Ay! Dios Padre no ha dicho a María que establezca en ellos su morada porque son los Esaús.

(del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María)
Comentario:
¡Qué alegría si tenemos devoción a María! Esta es una buena señal en nuestra vida espiritual y promesa de una eternidad feliz, pues es un signo de que Dios nos ha elegido para que seamos santos y nos ha confiado a María para que nos guíe en este camino, Y cuanta mayor devoción tengamos a María, tanto más segura es nuestra salvación. Porque Ella es la Obra maestra del Altísimo y es digna de toda alabanza. Tengamos desconfianza de los que desprecian a María y de los que tratan de disminuir su culto. Éstos no son agradables a Dios, por más que se proclamen sus hijos.
¡Inmaculado Corazón de María!
¡Sé la salvación del alma mía!