martes, 26 de febrero de 2013


Transfigúrame, Lord

With your grace, to understand your death.
With your power, to see your face.
With your majesty, to worship as King.

Yes, Lord, with thy transfigúrame
because, in many cases,
I fear only see you as a man and not as God.

Yes, Lord, with your eyes transfigúrame
because, in the hard way, I have fear of losing,
not distinguish in the hills just beyond my sight.
Yes, Lord; transfigúrame with your love
and then understand how much I want to:
you love me, until the end,
you love me, to give your life for me,
you love me, because you do not want to miss,
I love, because God is the source of so much love.

Yes, Lord; transfigúrame with your strength,
because I am weak in the fight,
because I prefer the plain sweet
costs to just the peak of your glory.
Because, as I am still your friend,
not always discover the glory you hide.
Transfigúrame, Lord.
For that, my life like yours,
is a flash that comes down from heaven itself.
God flavored flash.
Flavored flash the immense love that God has me.
Amen.

P. Javier Leoz


Transfiguracuón...


Transfigúrame, Señor

Con tu gracia, para entender tu muerte.
Con tu poder, para contemplar tu rostro.
Con tu majestad, para adorarte como Rey.

Sí, Señor; transfigúrame con tu presencia
porque, en muchas ocasiones,
temo sólo verte como hombre y no como Dios.

Sí, Señor; transfigúrame con tu mirada
porque, en el duro camino, tengo miedo a perderte,
a no distinguirte en las colinas donde no alcanza mi vista.
Sí, Señor; transfigúrame con tu amor
y, entonces, comprenda lo mucho que me quieres:
que me amas, hasta el extremo,
que me amas, hasta dar tu vida por mí,
que me amas, porque no quieres perderme,
que me amas, porque Dios, es la fuente de tanto amor.

Sí, Señor; transfigúrame con tu fuerza,
porque me siento débil en la lucha,
porque prefiero el dulce llano
a la cuesta que acaba la cumbre de tu gloria.
Porque, siendo tu amigo como soy,
no siempre descubro la gloria que Tú escondes.
Transfigúrame, Señor.
Para que, mi vida como la tuya,
sea un destello que desciende desde el mismo cielo.
Destello con sabor a Dios.
Destello con sabor al inmenso amor que Dios me tiene.
Amén.

P. Javier Leoz


Por quién rezar...


Por quién rezar
Rezar por los pecadores.

Si viéramos a un hombre que corre alocadamente hacia un precipicio, ¡qué no haríamos por avisarle para que detenga su carrera y que se salve! Pues bien, los pecadores corren aceleradamente hacia el abismo infernal, y con sus pecados aumentan su velocidad y peso, y están en gran peligro de caer para siempre en el Infierno eterno. Por eso con nuestras oraciones, podemos obtenerles la conversión y la salvación. Nuestra oración por los pecadores, es como ese aviso que hacemos a las almas para que entren en sí mismas y se conviertan, cambien de vida ahora o, al menos, en la hora de su muerte, para que se salven y vayan al Cielo.
Y cuando rezamos el Santo Rosario estamos rezando de la mejor manera por los pecadores, en los que también nos incluimos nosotros, que más o menos también somos pecadores. Cuando en las Avemarías del Rosario decimos a la Virgen: “Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”, estamos implorando a María que nos proteja en todo momento a nosotros y a todos los pecadores del mundo, y especialmente que su protección nos ampare en la hora postrera de la muerte, que es cuando se decidirá nuestra suerte eterna.