sábado, 6 de diciembre de 2014

Evangelio...

Partículas de Evangelio

Traición de Judas. 
Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes, y les dijo: “¿Qué quieren darme, y yo se lo entregaré?” Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarlo. (Mt 26, 14-16) 
Comentario: 
En este relato vemos el desprecio de Judas por el Señor, porque no va a los sumos sacerdotes poniendo un precio elevado, sino que les dice simplemente “¿Qué quieren darme y se lo entregaré?”, es decir, denme cualquier cosa y yo lo entregaré en sus manos.
¡Qué triste esto para el Señor, que amaba tanto a los suyos, y también amaba a Judas!
Por eso nosotros debemos vigilar nuestro corazón, que no comience a cometer pecados, ni siquiera el más pequeño, porque el pecado más fácil de evitar es el primero, ya que luego de él se va cometiendo un pecado tras otro y, se va haciendo como una bola de nieve que arrastra hasta el fondo del infierno.
Así quizás le sucedió a Judas Iscariote: quizás un día tuvo una mirada impura a una mujer, otro día un pequeño robo de la bolsa común, otro día una mentira pequeña o mediana, y así fue descendiendo por el camino que lleva al pozo del abismo, hasta llegar a la traición y al deicidio.
Ahora Judas, que podría estar en uno de los puestos más elevados del Cielo, está en lo más hondo del infierno.
Que no nos suceda algo parecido a nosotros, y para ello vigilemos y oremos sin cesar.

Jesús, María, os amo, salvad las almas.