domingo, 21 de diciembre de 2014

Mensaje...

Mensaje de conversión
Bagatelas. 
¡Qué astuto que es el demonio, que nos entretiene con bagatelas, con tal de que no pensemos en nuestra vida espiritual y que no recemos! Él hace de todo para distraernos, y si no estamos vigilantes, poco a poco nos va atando con preocupaciones, ocupaciones y actividades que incluso parecen impostergables, pero que sólo nos quitan el tiempo para la oración y la vida interior.
Estemos atentos porque ya el Señor ha dicho en su Evangelio que sin Él no podemos hacer absolutamente nada. Y a Él lo tenemos por medio de la gracia santificante, por la Comunión eucarística y por la oración.
Así que si queremos hacer apostolado y trabajar por la gloria de Dios, está bien que tengamos actividades y proyectos, pero sin olvidar el centro de todo: Jesús, Dios, la vida interior, la oración, porque de lo contrario trabajaremos en balde y no cosecharemos frutos.
Especialmente con la vida moderna el diablo nos busca multitud de intereses que atender, y así somos desviados paulatinamente del camino del bien.
¡Atención! porque ningún santo se hizo santo sin oración, ¡y mucha, muchísima oración! Y ninguno de ellos realizó grandes obras para la gloria de Dios y bien de las almas, sin una gran vida interior.
Por eso pensemos a ver en qué estamos ocupando nuestro tiempo y demos a cada cosa su lugar: el primero a la oración, porque sin oración pronto seremos cadáveres en el alma, y fáciles presas de Satanás.