lunes, 20 de julio de 2015

Todo da igual...

Matar el error, amar al que yerra

Si todo da igual...
Si, como dicen muchos, da lo mismo ser católico, que judío o musulmán, entonces Cristo vino inútilmente a la tierra, porque es bien claro que el Señor fundó la Iglesia Católica para extender el Reino de Dios a toda la creación.
Dios no es injusto, y sabrá premiar a quien esté en otra religión por ignorancia de la Verdad. Pero es necesario que se predique el Evangelio a toda criatura, porque en la Iglesia Católica está la verdad completa, y tiene la misión del mismo Cristo de ir a los pueblos y hacerlos entrar al único redil.
Se ha descubierto la forma de hacer morir a la Iglesia sin derramamiento de sangre, porque con la excesiva consideración y el respeto por ella, han logrado apagar el celo apostólico de los evangelizadores, que ya no están del todo convencidos de tener la Verdad y de tener también la misión de llevar la Verdad a todas las gentes.
Los Santos no actuaban así, y no pensaban así de las demás religiones y sectas, sino que gastaban su vida en anunciar a Cristo, en llevar la Buena Noticia de la salvación a todo el universo.
El modo de actuar de algunos sacerdotes y hasta obispos, deja a veces la duda de si no serán todas las religiones iguales, y que cada una, a su manera, tiene parte de verdad. Pero esto no es así, pues Dios eligió un pueblo, eligió y fundó la Iglesia Católica para instruir y guiar a todos los hombres al conocimiento de la Verdad completa.
Así que estemos en guardia contra estos funestos errores de que todo da lo mismo. ¡No! ¡No todo es lo mismo! Quien acepte a Cristo y la verdad, estará seguro como aquel hombre que edificó su casa sobre roca. Todos los demás, serán influenciables por los vaivenes de los tiempos, de las modas y de los acontecimientos.
Estamos en el mundo en que todo parece relativo, el mundo del “a mí me parece”, y de que todo depende del cristal con que se mire. Pero esto es un engaño de Satanás, porque las cosas son como son, aunque me parezcan o no me parezcan a mí, y las cosas hay que verlas al desnudo, sin cristales de por medio, es decir, hay que verlas desde la perspectiva de Dios, quien ve las cosas en su realidad.
Puede confundirnos incluso, para los menos formados, hasta las reuniones del Papa con representantes de otras religiones y sectas, porque si no estamos bien preparados, podemos creer que todo da lo mismo. ¡No es así! Hay que tener una convivencia pacífica con todos, mientras ello sea posible sin sacrificar la Verdad, y sabiendo que la Verdad es una Persona: Jesucristo, que ha fundado su Iglesia para llevar la Verdad a todas partes.