viernes, 5 de julio de 2013

Amistad...

I. BUSCA UN AMIGO
Si el dolor atenaza tus carnes
Si tu vida no tiene sentido
Si te encierra tu mundo malsano
Levanta la frente y busca un amigo.

Si mirando hacia atrás te acongoja
Una vida de lucha y hastío
Si presientes que nada te importa
Levanta la frente y busca un amigo.

¿Pero como es posible –replicas-
Desandar el camino vivido?
Serenate, libera el pasado
Levanta la frente y busca un amigo.

Un amigo –tú insistes entonces-
¡Si fallaron todos los que han sido!
No desmayes y busca más alto
Y verás que es verdad lo que digo.

Cristo está y camina a tu lado
Día y noche te asiste en tu mal
Búscalo con la fe y la esperanza
Y verás que ya nada es igual.

Envió: Eulogio Alfaraz (Quilmes, Argentina

María Reina de la Paz...

Mensajes de la Reina de la Paz sobre el Purgatorio
Miércoles 21 de JULIO de 1982Referente al Purgatorio:
"Hay muchas almas en el Purgatorio. También hay muchas personas que se han consagrado a  Dios: algunos sacerdotes, otros religiosos. Rezad por sus intenciones, al menos el Padrenuestro, Avemaría y Gloria siete veces cada uno, y el Credo. Os lo recomiendo. Hay un gran número de almas que están en el Purgatorio hace mucho tiempo porque nadie reza por ellas"
También a Mirjana le dijo una vez:
"En el Purgatorio hay diferentes niveles; el más bajo está cerca del infierno y el más alto, gradualmente, se acerca al Cielo. Es en el día de Navidad y no en el de Todos los Santos, cuando un gran número de almas abandona el Purgatorio. En el Purgatorio, hay almas que rezan ardientemente a Dios y por las que ningún pariente o amigo reza en la Tierra. Dios hace que ellas se beneficien de las oraciones de otras personas. Dios permite que ellas mismas se manifiesten en diferentes formas, cerca de sus parientes en la Tierra, para recordar a los hombres de la existencia del Purgatorio y para solicitar sus oraciones para acercarse a Dios que es justo y bueno. La mayoría de la gente va al Purgatorio. Muchos van al Infierno. Un pequeño grupo va directamente al cielo".

La misa...

El valor infinito de la misa
I. Leemos en el Génesis (22, 1-19 ) cómo Dios probó la fe de Abrahán: Le había prometido que su descendencia sería como las estrellas del cielo. El Patriarca creyó a pesar de llegar a una edad avanzada, y a pesar de que su mujer era estéril. Isaac vino finalmente al mundo, y más tarde Dios le mandó que lo sacrificara. Pero en el momento que iba a sacrificar a su hijo, el Ángel del Señor le detuvo: y fue premiado largamente por haber obedecido. Los Padres de la Iglesia han visto en el sacrificio de Isaac un anuncio del sacrificio de Jesús. Isaac, el único hijo de Abrahán, el amado, cargado con la leña hacia el monte donde va a ser sacrificado, es figura de Cristo, el Unigénito del Padre, el Amado, que camina con la cruz a cuestas hacia el Calvario, donde se ofrece como sacrificio de valor infinito por todos los hombres. El Sacrificio de la Cruz se renueva en la Santa Misa, por eso cada Misa tiene un valor infinito, inmenso, que nosotros no podemos comprender del todo.
II. En cada Misa se ofrecen infaliblemente a Dios una adoración, una reparación y una acción de gracias de valor sin límites, porque es Cristo mismo quien la ofrece y el que se ofrece. Por eso, es imposible adorar mejor a Dios, reconocer su dominio soberano sobre todas las cosas y sobre todos los hombres. Es la realización más acabada del precepto: Adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo servirás (Mateo, 4, 10). También es imposible dar a Dios una reparación más perfecta por las faltas diariamente cometidas, y agradecerle mejor los bienes recibidos que la Santa Misa. ¡Qué honor tan grande el de los sacerdotes, al prestarle a Cristo la voz y las manos en el sacramento eucarístico! ¡Qué grandeza la de los fieles de poder participar en tan gran Misterio!
III. Además de los frutos de alabanza y de adoración a Dios, también produce la Santa Misa, de modo infinito e ilimitados en sí mismos, los frutos de remisión de nuestros pecados y de impetración de todo aquello que necesitamos, pero son finitos y limitados según nuestras disposiciones. Por eso es tan importante la preparación del alma con la que nos acercamos a participar de este único Sacrificio, y los momentos de recogimiento ya acabada la acción sagrada. "Estás allí –pregunta el Santo Cura de Ars- con las mismas disposiciones que la Virgen Santísima en el Calvario, tratándose de la presencia de un mismo Dios y de la consumación de igual sacrificio?" (Sermón sobre el pecado). Pidamos a Nuestra Señora que la celebración o la participación del sacrificio eucarístico sea para nosotros donde se sacian y se aumentan nuestros deseos de Dios.