jueves, 28 de marzo de 2013

Tema de actualidad...


Tema de actualidad

Defender al Papa. 
Aquí quiero copiar un mensaje dado por la Santísima Virgen al Padre Gobbi, del Movimiento Sacerdotal Mariano, que nos puede iluminar sobre lo que se viene para la Iglesia Católica:
28 de agosto de 1973
Fiesta de San Agustín
Ha descendido la noche sobre el mundo.
“Ha descendido ya la noche sobre el mundo, oh hijo: ésta es la hora de las tinieblas, la hora de Satanás; es el momento de su mayor triunfo.
Cuánto me ha gustado tu oración y tu sufrimiento para reparar el gran ultraje, la más horrible blasfemia que se haya dirigido contra mi Hijo.
Ni durante su vida pública, ni durante el proceso y su horrible condena, mi Hijo Jesús ha sido tan vilipendiado.
Hasta en presencia del Sanedrín no se encontraron acusadores; tan limpia y pura había sido toda su vida.
Ahora se atenta contra su pureza, se propaga una blasfemia tan horrible y satánica que todo el Cielo queda pasmado y atónito.
¿Cómo se ha podido llegar a tanto? ¡Qué tremenda y ya inevitable tormenta está por desencadenarse sobre la pobre humanidad!
El Papa sufre y ora; está sobre una cruz que lo consume y lo mata. Esta vez también ha hablado, pero su voz cae en un desierto. Mi Iglesia se ha convertido en algo más árido que un desierto. Vosotros Sacerdotes míos, que Yo estoy reuniendo en mi Movimiento para poner diques a este avance de Satanás debéis formar una fortísima barrera con el Papa: debéis propagar su voz, debéis defenderlo, porque le tocará a Él llevar la Cruz en medio de la más grande tempestad de la historia.
A vosotros corresponde la misión de defender el honor conculcado de mi Hijo: con vuestra vida, con vuestra palabra, con vuestra sangre.
A vosotros corresponde la misión de juzgar y de condenar al mundo, porque más que nunca este mundo está en poder del Maligno.
Responded Sacerdotes a Mí consagrados, a mi urgente llamada. Sed generosos: tengo necesidad de vosotros porque los tiempos decisivos han llegado ya.”


Jueves Santo...


Jueves Santo


La celebración del Triduo Pascual empieza en la tarde del Jueves Santo y se prolonga hasta las vísperas del Domingo de Resurrección. Esta celebración se sitúa de cara a la celebración de la Vigilia Pascual, o sea, la Eucaristía única del Triduo Pascual.

El Jueves santo celebra el misterio del Cenáculo que mira hacia la cruz y la resurrección.

He aquí los cuatro momentos fundamentales de esta celebración:

La liturgia de la Palabra: existe una íntima conexión entre las lecturas en un pleno contexto pascual:
1ª lectura: Ex 12, 1-8, 11-14: La Cena pascual de Israel.
2ª lectura: 1 Co 11, 23-26: La institución de la Eucaristía.
Evangelio: Jn 13, 1-15: El mandato y ejemplo de amor-servicio.

El lavatorio de los pies: Siguiendo una antigua costumbre, se ritualiza el gesto apenas leído el texto o leyendo el texto en el evangelio del lavatorio de los pies, para expresar juntamente el sentido de abajamiento y de caridad que es característico de la Pascua de Jesús. Cristo da una lección plástica de actitud de servicio humilde que deben tener los cristianos. Los que están al frente de una comunidad (Papa, Obispos, Sacerdotes, religiosos, catequistas…) son los representantes de aquél que dijo que no había venido a ser servido, sino a servir. Ya se los había dicho con palabras y con hechos, pero ahora lo aprendieron con una especie de parábola en acción. Y oyeron muy bien la orden: “Haced también vosotros otro tanto: lavaos los pies los unos a los otros”.
Pero el sentido profundo del lavatorio de los pies por parte de Jesús hace referencia a su Pasión. Manifiesta la caridad total de quien va a dar su vida por todos, poniéndose a los pies de sus discípulos y despojándose ahora de su manto y sabiendo que al día siguiente va a ser despojado de todas sus vestiduras para entregar su vida en la cruz para la salvación del mundo.

La liturgia eucarística: La comunión bajo las dos especies para toda la asamblea pone de relieve la plena participación en el misterio eucarístico del Cenáculo donde nace el nuevo Pueblo de la Nueva Alianza.

La reserva del Santísimo Sacramento: El gesto funcional del conservar las especies sacramentales para la comunión del día siguiente y la tradición popular de la veneración del Santísimo se transforman en un momento altamente significativo de profesión de fe, de adoración de la presencia continua del Señor en su Iglesia. Todo se realiza con solemnidad en la reserva, con sobriedad en la continuación de la adoración.
Así, pues, la reserva eucarística se convierte en una ocasión estupenda para que la comunidad cristiana dedique su atención –contemplativa y adoradora- a ese Cristo que ha querido ser alimento para nosotros y ha pensado en darnos en este sacramento su Cuerpo y su Sangre de la Cruz. Esta atención especial es propia del jueves ya no el Viernes, en que la centralidad la va a tener la Cruz. 


Que tengas un buena Semana Santa
Saludos