lunes, 17 de diciembre de 2012

Alegría...


Estoy alegre, Señor

Porque Tú vienes, y yo salgo a tu encuentro.
Porque son muchos, los nubarrones en el cielo de mi vida.
Porque Tú iluminas las noches más oscuras de la humanidad.
Porque, con muy poco y contigo, nos alegras.
Porque, tu presencia, es la mayor riqueza que uno puede tener.

Estoy alegre, Señor.
Porque, la Navidad, es oxígeno en medio de la asfixia.
Porque, la Navidad, es el amor que se desborda.
Porque, la Navidad, es regalo del cielo que se vende gratuitamente.
Porque, la Navidad, se descubre con las tijeras de la fe.

Estoy alegre, Señor.
Porque la estrella la veo al fondo del horizonte del adviento.
Porque mi corazón se hace pesebre para tu nacimiento.
Porque mis ojos me dicen a quién adorar y ante quien no postrarme.
Porque mi razón mi dicta qué caminos elegir para llegar hasta Ti.

Estoy alegre, Señor  ¡Cómo no estarlo!
Si Tú, Señor, eres la Navidad.
Si Tú, Señor, eres Navidad.
Si Tú, Señor, eres adorno y estrella, dulce y mesa por Navidad.
Si Tú, Señor, eres la mejor lotería para la salud del corazón.

Estoy alegre, Señor.
Tú, te lo digo ahora, eres la causa de mi felicidad.
Tú, te lo decimos ahora, eres la fuente de tanta dicha.
Tú, te lo decimos ahora, eres la razón de tanto regocijo.
Tú, te lo gritamos ahora, eres el germen de la emoción que yo siento.
Amén.

P. Javier Leoz


Testimonios...

Seis testimonios de visiones de la Palestina de aquellos tiempos
Relato de Anna Emmerich sobre sus visiones de la visita de los ángeles a los pastores, instantes después del Nacimiento del Niño Jesús:
"A legua y media más o menos de la gruta de Belén, en el valle de los pastores, había una colina. En las faldas de la colina estaban las chozas de tres pastores. Al nacimiento de Jesucristo vi a estos tres pastores muy impresionados ante el aspecto de aquella noche tan maravillosa; por eso se quedaron alrededor de sus cabañas mirando a todos lados. "
"Entonces vieron maravillados la luz extraordinaria sobre la gruta del pesebre. Mientras los tres pastores estaban mirando hacia aquel lado del cielo, he visto descender sobre ellos una nube luminosa, dentro de la cual noté un movimiento a medida que se acercaba. Primero vi que se dibujaban formas vagas, luego rostros, y finalmente oí cantos muy armoniosos, muy alegres, cada vez más claros. Como al principio se asustaron los pastores, apareció un ángel entre ellos, que les dijo: "No temáis, pues vengo a anunciaros una gran alegría para todo el pueblo de Israel. Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo, el Señor. Por señal os doy ésta: encontraréis al Niño envuelto en pañales, echado en un pesebre". Mientras el ángel decía estas palabras, el resplandor se hacía cada vez más intenso a su alrededor. Vi a cinco o siete grandes figuras de ángeles muy bellos y luminosos. Oí que alababan a Dios cantando:
Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad". Más tarde tuvieron la misma aparición los pastores que estaban junto a la torre. Unos ángeles también aparecieron a otro grupo de pastores cerca de una fuente, al Este de la torre, a unas tres leguas de Belén. Los he visto consultándose unos a otros acerca de lo que llevarían al recién nacido y preparando los regalos con toda premura. Llegaron a la gruta del pesebre al rayar el alba."