lunes, 24 de abril de 2017

Mensaje...

Mensaje de conversión

La Justicia de Dios
14-2-84 51
El poder de Dios supera todos los cálculos hechos por el hombre. La sentencia del Señor es grande si no obedecen sus mandatos, tanto como su misericordia para el obediente con su Palabra. Manifestad vuestra fe y haced vuestra alianza con El.
Gloria a Dios.
Leed: Ezequiel C. 18, V. 25 al 29
25 Ustedes dirán: "El proceder del Señor no es correcto". Escucha, Casa de Israel: ¿Acaso no es el proceder de ustedes, y no el Mío, el que no es correcto?
26 Cuando el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, muere por el mal que ha cometido.
27 Y cuando el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, él mismo preserva su vida.
28 El ha abierto los ojos y se ha convertido de todas las ofensas que había cometido; por eso, seguramente vivirá, y no morirá.
29 Y sin embargo, la Casa de Israel dice: "El proceder del Señor no es correcto". ¿Acaso no es el proceder de ustedes, y no el Mío, el que no es correcto?
(Mensaje de María del Rosario de San Nicolás)
Comentario:
Dios es misericordioso, infinitamente misericordioso, pero también es justo, infinitamente justo. ¡Pobres de los que solo consideran de Dios su Misericordia y no tienen en cuenta su Justicia! Porque en Dios, Misericordia y Justicia son una misma cosa. Por eso también dice la Escritura que de Dios no se ríe nadie impunemente. Nosotros tenemos que ser obedientes a los Diez Mandamientos y a las enseñanzas de Jesús en el Evangelio, para que el Señor no nos castigue con el Infierno. Hoy ya no se quiere hablar del Infierno, pero muchas almas caen en él. Santa Faustina Kowalska, apóstol de la Divina Misericordia, ha dicho que la mayoría de las almas que están en el Infierno, en vida no habían creído en su existencia. Por eso es mejor que nos asustemos un poco en esta vida y no que vayamos muy tranquilos al encuentro de la muerte y del juicio de Dios, y después caigamos en el horror eterno. Es algo muy serio nuestra salvación y debemos obrar nuestra salvación con temor y temblor, es decir, con diligencia y seriedad. No nos dejemos arrastrar por este mundo que se toma todo a risa y a chiste, sino tomemos las cosas en serio.