miércoles, 19 de septiembre de 2018

Fé...

Vivir el Evangelio

Tener fe.
El Señor en el Evangelio ha insistido mucho sobre la necesidad de tener fe, y ha prometido que para quien tiene fe no hay imposibles. Por eso si queremos vivir el Evangelio, debemos tener fe, una fe firme que lo obtiene todo de Dios.
Dios sigue haciendo milagros, pero si éstos son más raros que en tiempos de Jesús, no es porque el poder de Dios haya venido a menos, sino porque la fe se ha apagado o es débil en muchos corazones.
La fe sirve para todo, pues cuando uno tiene fe, lo tiene todo solucionado, ya que la fe es esa agua viva que brota del pecho de Jesús y cuando uno la bebe ya no vuelve a tener sed, porque todas las respuestas nos las da la fe, y quien tiene fe vive tranquilo, seguro en los brazos del Padre celestial.
No es casualidad que el demonio en estos tiempos trate, especial y encarnizadamente, de apagar la fe en muchas almas por medio del ateísmo teórico y práctico, pues él sabe muy bien que apagada la fe, tiene vía libre para sus maldades y nadie se le opondrá.
Es tiempo de que reflexionemos y volvamos a tener una fe firme y operante, haciendo buenas obras, porque la fe sin obras está muerta.
Dios quiere actuar en el mundo, en nuestras vidas y en las vidas de nuestros seres queridos, pero para hacerlo necesita que alguien crea, por sí mismo y por los demás, como sucedía con los milagros relatados en el Evangelio, que el Señor hacía el milagro a veces por la fe del enfermo, pero otras veces por la fe de quienes pedían por el enfermo.