lunes, 17 de septiembre de 2012

Mensaje...


Mensaje de Misericordia

Rezar. 
El único que no cambia es Dios, pero los hombres estamos sujetos al cambio y por eso tenemos que pedir ayuda a Dios, para que en los vaivenes de la vida no nos desalentemos y tengamos la gracia suficiente para sortear todos los obstáculos y seguir la voluntad de Dios, esas ayudas y gracias las recibimos por la oración.
Por eso es tan importante la oración, y toda alma, sea pecadora o santa, debe rezar, y rezar mucho, puesto que tanto la gracia de la conversión como la de la perseverancia, se obtienen ambas por la oración.
Entonces recemos más, por nosotros, por nuestros seres queridos, por vivos y difuntos, por los pasados, los presentes y los futuros, porque Dios está fuera del tiempo y lo que rezamos hoy lo puede aplicar al remoto pasado o al futuro más lejano. Si queremos a los nuestros, a nuestros hijos, a nuestros nietos, recemos por ellos y por los que de ellos nacerán o con quienes se encontrarán en el futuro, y entonces seremos providentes y trabajaremos por el bien de nuestra familia y de nuestros seres queridos.
Rezar por vivos y difuntos es una gran obra de misericordia, que no cuesta dinero y que se puede hacer a cualquier hora y por el tiempo que se quiera, ya que no hay contraindicaciones, sino que cada uno puede, generosamente, dar de su tiempo a la oración por los demás, y también por uno mismo, porque no podremos salvar si primero no nos salvamos nosotros.

My Lord...


Do not ask me too, Lord

Because I have fear to lose if,
glimpse into the way stones and crossroads.
Because my life, comfortable and sometimes capricious
moves with the pulses
the ticking of the world,
water with faith.

Do not ask me too, Lord.
Because I'm afraid to tell you "I love you"
when, perhaps unwittingly or knowingly,
I love myself too,
away from you and your commands.
Because, telling you "I love you"
I can hardly express publicly
that your way and my friendship with you,
not always be filled with applause,
or recognized by the world powers.

Do not ask me too, Lord!
I say "I believe in you" and looked away.
Proclaim "I hope in you"
and I am guided by other stars.
Shouting "you're the greatest"
and leave you, small and insignificant, with my works.
Like Peter, Lord,
I tell you, you are the Son of God.
Whoever breaks the sounds of cannons, with your peace.
The violence that split with your fraternity.
The hatred that dynamite, with the power of your love.

So, Lord, do not ask me too.
But, help me to grow in my dealings with you.
To discover yourself as the most powerful force.
As the Lord before tens of lords.
As most wanted in my life and in my heart.
Amen.

P. Javier Leoz