lunes, 28 de septiembre de 2015

Conociendo al Señor...

Conociendo a Jesucristo

Jesús el Enamorado.
Si un hombre que está enamorado de su amada, sufre y pena por amor si ella no le corresponde, ¿qué será para el Señor Jesús, que es el eterno Enamorado de las almas, las cuales muchas de ellas no le corresponden, e incluso le desprecian?
Se puede decir que Jesús es el eterno Enamorado, pero también el eterno Despreciado, porque hay muchas almas para las que ha sido vana e inútil la venida del Verbo de Dios al mundo, a padecer y morir por ellas.
Suele pasar en las relaciones amorosas, que cuando un hombre no es correspondido en su amor por su amada, hay alguien, alguna mujer piadosa, que puede ser su madre u otra mujer, que consuela de la falta de amor.
Y también nosotros, que amamos a Jesús, tenemos que ser como esas almas que consuelan a Jesús de la falta de amor de otras almas.
Es triste para el Señor saber desde siempre que habría muchas almas para las cuales no serviría el Sacrificio del Calvario. ¡Qué dolor para Jesús! Y Él sigue sufriendo actualmente ante tanto desamor de tantas personas, e incluso entre sus elegidos, ¡cuántas veces se debe encontrar el Señor con corazones fríos o tibios! Al menos nosotros, que estamos leyendo estas verdades, consolemos a Jesús con nuestro fiel y sincero amor, para medicarle las heridas de amor que tiene este Dios Enamorado.
¡Alabado sea Jesucristo!