miércoles, 6 de marzo de 2013

Friendship...


Diario vivir...


Diario vivir

Hablar de Dios. 
Tengamos mucho cuidado en nuestra vida de cada día, porque podemos estar hablando mucho de Dios y de sus cosas, pero dejamos de lado el hablar a Dios, es decir, estamos dejando de lado la oración, y sobre todo, la oración personal, que no es con oraciones ya hechas, sino que es hablarle al Señor como hablamos con nuestro mejor amigo o con nuestro padre.
Que una persona hable mucho de Dios no es indicativo de que también esté muy cerca de Él; sino que la cercanía con Dios la da la oración, y en esto sí que cada uno de nosotros debe ser un maestro, porque de la oración depende todo: nuestros destinos y los destinos del mundo entero.
Cuando queramos hacer apostolado y hablar de Dios a los hombres, primero tenemos que hablar de los hombres a Dios, es decir, presentar nuestras súplicas al Señor, porque es en definitiva Él quien convierte los corazones, no nosotros. Y la eficacia en el apostolado no puede venir por nuestros métodos y talentos, sino sólo por la gracia de Dios en las almas, y ésta se obtiene a través de la oración.
Con una hora de oración fervorosa y confiada, podemos hacer mucho más que mil misioneros, pues por algo fue declarada patrona de las misiones Santa Teresita del Niño Jesús, que jamás salió de su convento de clausura a predicar, sino que todo su apostolado fue rezar y ofrecer sacrificios.
Pensemos en estas cosas y recordemos que aunque no sepamos mucho de Dios para poder hablar a las gentes, igual podemos ser grandes apóstoles si rezamos mucho.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.