sábado, 26 de septiembre de 2015

Catecismo...

APUNTES DE CATECISMO

Del Catecismo de la Iglesia Católica.
591 Jesús pidió a las autoridades religiosas de Jerusalén creer en él en virtud de las obras de su Padre que el realizaba (Jn 10, 36-38). Pero tal acto de fe debía pasar por una misteriosa muerte a sí mismo para un nuevo "nacimiento de lo alto" (Jn 3, 7) atraído por la gracia divina (cf. Jn 6, 44). Tal exigencia de conversión frente a un cumplimiento tan sorprendente de las promesas (cf. Is 53, 1) permite comprender el trágico desprecio del sanhedrín al estimar que Jesús merecía la muerte como blasfemo (cf. Mc 3, 6; Mt 26, 64-66). Sus miembros obraban así tanto por "ignorancia" (cf. Lc 23, 34;Hch 3, 17-18) como por el "endurecimiento" (Mc 3, 5;Rm 11, 25) de la "incredulidad" (Rm 11, 20).
Comentario:
Fue una gran injusticia la muerte de Jesús, porque si bien estaba profetizado que así debía suceder, eso no daba el pie para que mataran al Señor. Porque incluso algunas corrientes teológicas toman que incluso Judas ayudó a la redención, y lo ven poco menos que como a un héroe.
El endurecimiento de los judíos ha venido también para que la Verdad fuera predicada a los gentiles, es decir, a nosotros, y así, al final de los tiempos también los judíos, o buena parte de ellos, abrazarán la fe en Jesucristo.
Suspiremos por esa hora y, mientras tanto, aliviemos los sufrimientos del Señor, porque Él misteriosamente sigue padeciendo moral y espiritualmente por los pecados del mundo.
En cada Misa el Señor vuelve a hacer presente su sacrificio, aunque de modo incruento, y nosotros debemos estar presentes en la Santa Misa, para consolar a Jesús, que ha muerto por todos los hombres, pero que de ellos recibe tan poca correspondencia.
Así que no busquemos excusas para hacer el mal, porque el mal jamás hay que cometerlo. Estos judíos, en especial el sumo sacerdote Caifás, que incluso profetizó que Jesús tenía que morir por todo el pueblo; no quita que hayan sido malvados en llevar a cabo esa sentencia y haber condenado a muerte al Autor de la Vida.