jueves, 17 de julio de 2014

Cuento...

EL NIÑO Y EL HELADO

Una madre llevó a su hijo al restaurante. El niño, de 6 años, pidió bendecir la mesa. Al inclinar sus cabezas, el pequeño dijo: "Dios es bueno y grande. Gracias por la comida, e incluso esta-ría más agradecido si mamá nos comprara un helado para el postre. ¡Y pido libertad y justicia para todos, amén!"

Entre las risas de algunos clientes que estaban cerca, escuché a una mujer decir: "Eso es lo malo de este país. Los niños ni si-quiera saben como se hace una oración. ¡Pedir a Dios un hela-do! Jamás se me ocurriría tal cosa."

Al escuchar esto, el pequeño rompió a llorar y le preguntó a la madre: "¿Qué hice mal mamá? ¿Está Dios enfadado conmigo?" La madre estaba intentando consolar al niño cuando un anciano se acercó a la mesa. Guiñó el ojo al niño y le dijo: "Sé que Dios piensa que tu oración fue muy buena".

-¿De veras? - dijo el niño. 
-Tocó mi corazón -respondió el hombre.

Entonces susurrando y haciendo un gesto con la cabeza en di-rección a la mujer que había provocado el llanto del niño, el hombre añadió: "Es una pena que ella nunca le pida a Dios un helado. Un poco de helado es bueno para el alma de vez en cuando."

Después de la comida, la madre compró al niño un helado. El pequeño se quedó mirándolo por un instante y después hizo algo que la madre jamás olvidaría. Tomó el helado, caminó hacia la mesa cercana, y lo puso delante de la mujer. Con una gran sonrisa le dijo "Tome, esto es para usted. El helado es bueno para el alma de vez en cuando, y mi alma ya está bue-na."
 


«Has revelado estas cosas a la gente sencilla»
 
Paz y Bien,

Itzel Paz de Silgado

"Mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría" Papa Francisco

Papa Francisco...

Papa Francisco ‏@Pontifex_es
La Iglesia es misionera por naturaleza: existe para que todo hombre y mujer puedan encontrarse con Jesús.