domingo, 17 de febrero de 2013

Evangelio explicado...


Evangelio explicado

Mt 10, 35-36. 
División. 
He venido, en efecto, a separar al hombre de su padre, a la hija de su madre, a la nuera de su suegra; y serán enemigos del hombre los de su propia casa. 
Comentario: 
Ya cuando el anciano Simeón fue al Templo de Jerusalén, inspirado por el Espíritu Santo, y tomó en brazos al Niño Jesús, profetizó de Él que sería causa de elevación y caída para muchos y también sería un signo de contradicción.
Porque ante Jesús uno no puede quedar indiferente, ya que se debe tomar partido por Él, o estar contra Él.
Y esto que sucede a todos los hombres, también sucederá en el mismo seno de las familias, puesto que habrá quienes sigan a Jesús, y quienes estén en su contra, generando con ello una lucha, una división entre los hijos de las luz y los hijos de las tinieblas dentro de la propia familia.
No es Jesús el que trae la división, sino que es el Maligno, que no permite que Cristo reine en todos los corazones, y por el pecado tiene sujetas a las personas.
Debemos estar precavidos de ello, porque si tomamos la decisión de ser cristianos, de seguir a Cristo, es muy probable que tengamos oposición hasta de nuestros parientes más cercanos y amados. Entonces es ahí donde deberemos demostrar que amamos al Señor por encima de todo y de todos.
Pero siempre debemos tratar a todos con caridad, porque aunque los nuestros estén en contra nuestra, no tenemos que tratar mal a ninguno, sino rezar por todos, para que vean la luz, y seguirlo a Jesús sin miramientos, sin respetos humanos, sin dejarnos engañar por los afectos terrenos, que son naturalmente buenos, pero que se deben dejar de lado cuando impiden seguir el camino de Dios.