jueves, 24 de enero de 2013

Enseñanzas...


Enseñanzas del Evangelio

Tratar como queremos que nos traten.

Por tanto, todo cuanto quieran que les hagan los hombres, háganlo también ustedes a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. (Mt 7, 12). 
Enseñanza: 
Ésta es la ley de oro del Evangelio: tratar a los demás, como queremos ser tratados por ellos. ¡Qué fácil!, ¿no? Sí, es muy fácil, pero a veces es difícil de cumplir, porque no somos buenos y frecuentemente queremos que los demás nos traten bien, y nosotros no tratamos bien a otros.
Es tiempo de que comencemos a pensar que el cristianismo es la religión de la caridad, del amor; porque todo lo que nos manda cumplir, ya sea en los Diez Mandamientos o lo que nos aconseja la Iglesia, es para perfeccionarnos en la caridad, en el amor. Y el termómetro de nuestro amor a Dios, será el grado de amor que tengamos a nuestro prójimo, a todos nuestros prójimos. Porque ninguno puede amar a Dios que no ve, si no ama al prójimo que ve, y que es la imagen de Dios en la tierra.
Dios quiere que seamos buenos, y esto nos cuesta mucho porque estamos inclinados al mal. En cierta forma el demonio nos ha dejado una huella de maldad en el alma, por el pecado original, que si bien fue borrado por el bautismo, quedan sus consecuencias, lo que se llama “concupiscencia”, es decir, las malas inclinaciones. Y éstas hay que vencerlas día a día, para que seamos buenos de verdad, imitadores del Padre del Cielo, que es bueno con todos, buenos y malos, justos e injustos. También nosotros obremos así, y seremos semejantes a Dios, y Él estará contento de nosotros y nos colmará de dones y favores celestiales, y cuando sea necesario, también nos proveerá de lo material que necesitemos para cumplir bien nuestra misión en la tierra.


De la mano...


De la mano...

Creo que no existe nada más sincero que
"caminar de la mano con alguien".
En sentido amplio de la palabra,
caminar con su compañera/o, de la mano,
sea por la calle o por la vida...

Nada más lindo... también en el sentido figurado,
o sea, estar siempre listo para caminar "de la mano"
con una persona amiga, ayudándola, en el más amplio
sentido de la palabra (una ayuda moral),
oyendo un desahogo que sea...
o socorriéndola en una necesidad.

En fin... ¿puede existir algo más lindo que una pareja
de viejitos, que después de caminar por la vida entera,
lado a lado, de la mano, aun lo sigan haciendo
en un inocente paseo, en un parque o en la playa?

Es importante que aprendamos el valor
que representa el calor de las "manos juntas".

¿Existe algo más agradable que simplemente
oír un desahogo de una persona amiga?
Si hay algo a decir para ayudarla o consolarla,
hazlo, si nada puedes hacer, sólo la actitud
de oír ya valió la pena...

Y qué decir entonces, del milagro de la internet,
que nos posibilita reanudar lazos perdidos
en el tiempo, posibilitando una comunicación
con personas que ya juzgábamos irremediablemente
apartadas... sean parientes o amigos.

Así, si las personas buscaran más la unión
en las "manos dadas" (de la mano),
ciertamente el mundo sería mejor.