viernes, 29 de junio de 2018

Sermón...

Evangelio explicado

Mt 5, 1-12.
El Sermón de la Montaña. Las ocho bienaventuranzas.
Al ver estas multitudes, subió a la montaña, y habiéndose sentado, se le acercaron sus discípulos. Entonces, abrió su boca, y se puso a enseñarles así: “Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque a ellos pertenece el reino de los cielos. Bienaventurados los afligidos, porque serán consolados. Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán hartados. Bienaventurados los que tienen misericordia, porque para ellos habrá misericordia. Bienaventurados los de corazón puro, porque verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque a ellos pertenece el reino de los cielos. Dichosos seréis cuando os insultaren, cuando os persiguieren, cuando dijeren mintiendo todo mal contra vosotros, por causa mía. Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”
Comentario:
Estas bienaventuranzas son lo contrario de las máximas del mundo, porque el mundo es el reino de Satanás, y sus máximas son diametralmente opuestas a las enseñanzas del Evangelio. El mundo no enseña a preferir la pobreza, sino a obtener la riqueza a toda costa, pisoteando todo y a todos. El mundo enseña a ser violentos y a imponerse, nunca a ser mansos. El mundo empuja al pecado en lugar de promover la santidad, es decir, la sed de justicia. El mundo hace propaganda a la crueldad y a la inmisericordia. El mundo exalta la impureza y la lujuria, despreciando y burlándose de la pureza y de los castos y puros. El mundo promueve guerras de todo tipo y es enemigo de la paz, porque mientras los grandes del mundo hablan de paz, se preparan para una guerra atroz. Entonces como cristianos no podemos ser de Dios y del mundo. Pensemos si nuestro modo de vivir es según las bienaventuranzas o estamos más del lado de este mundo.