martes, 18 de septiembre de 2018

Paz...

Evangelio explicado

Mt 5, 21-26.
Paz entre hermanos.
Oísteis que fue dicho a los antepasados: “No matarás”; el que matare será reo de condenación.” Mas Yo os digo: “Todo aquel que se encoleriza contra su hermano, merece la condenación; quien dice a su hermano “racá” merece el sanhedrín; quien le dice “necio” merece la gehenna de fuego. Si, pues, estás presentando tu ofrenda sobre el altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo que reprocharte, deja allí tu ofrenda delante del altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte en paz, sin tardar, con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que él te entregue al juez y el juez al alguacil; y te pongan en la cárcel. En verdad te digo, que no saldrás de allí sin que hayas pagado hasta el último centavo.”
Comentario:
Todos los hombres somos hermanos, porque todos venimos de un mismo padre: Adán, y de una misma madre: Eva; y todos somos hijos de Dios, el Padre común. Por eso el Señor nos viene a dar su enseñanza definitiva sobre la necesidad de no odiar a nadie y de perdonar y ponernos en paz con nuestros prójimos mientras vamos por el camino de la vida, porque mientras tenemos vida es el tiempo de la misericordia, luego viene la muerte y con ella el tiempo de la Justicia, donde ya no hay posibilidad de cambiar nada de lo que se ha hecho o dicho. Entonces hay que aprovechar el tiempo de vida para poner en orden las cuentas con Dios y con nuestros hermanos, pidiendo perdón cuando sea necesario y perdonando también nosotros todas las ofensas. El odio viene del diablo, y quien odia o tiene rencor y deseos de venganza en su corazón, no está con Dios sino con el Maligno. Tengamos cuidado con los sentimientos de nuestro corazón y saquemos de él todo mal movimiento de ira, odio o venganza, ya que es por nuestro propio bien, temporal y eterno. Temporal, porque obtendremos la paz del corazón; y eterno, porque alcanzaremos el Cielo.