jueves, 22 de octubre de 2015

The Beatles - Revolution

Pedir...

Pedir mucho para recibir todo.


Isabel y Zacarías pedían al Señor la gracia de tener un hijo para no quedar estériles, y Dios les concedió mucho más, les concedió un hijo que sería el Precursor del Mesías, un hijo tan grande, que no hay uno mayor de los nacidos de mujer, como lo dijo el mismo Cristo en su momento.
También cuenta la tradición de la Iglesia que Joaquín y Ana eran ya ancianos y pedían a Dios la gracia de un hijo. Ellos simplemente pedían un niño para no quedar infecundos en la vida, y Dios en el Cielo preparaba el alma de María, y se les concedió a Joaquín y Ana, ya de edad avanzada, ser los padres de la Madre de Dios.
¿Qué nos debe decir esto a nosotros?
Que debemos pedir mucho a Dios, y con perseverancia, y estar dispuestos a recibir TODO. Porque Dios es infinitamente generoso y nos dará mucho, muchísimo más de lo que le pedimos. Sólo debemos tener confianza en Dios, sabiendo que es un Padre bueno, que quiere el bien para nosotros y para todos.
Pero hay que tener cuidado con pedir poco, porque a veces, por pedir tan poco, no obtenemos nada, pues a Dios le cuesta menos dar mucho que poco, y cuando somos tacaños en pedir, estamos limitando la generosidad del Señor.
Pidamos mucho, muchísimo, y estemos dispuestos a recibirlo TODO, porque Dios nos quiere hacer felices, no sólo en el mundo venidero, sino también en éste.
Si confiáramos en Dios, ya seríamos felices en el tiempo, porque viviríamos tranquilos y seguros, sabiendo que hay un Bueno en el Cielo que vela por nosotros y por quienes amamos, y que quiere colmarnos de favores y bendiciones de todas clases.
Pidamos con perseverancia los dones que necesitamos y queremos, y que nos parecen necesarios; pero estemos dispuestos y abiertos a recibir favores grandiosos, porque Dios no tiene límites en sus dones.