miércoles, 4 de noviembre de 2015

Alegría...


María Madre Misericordiosa

María se alegra.
María se alegra cuando volvemos a Dios. Porque Ella es Madre de Misericordia, y cuando nos arrepentimos del mal cometido, nos confesamos y volvemos a Dios, entonces María exulta de alegría y nos concede innumerables gracias.
Las ternuras de María para quien se arrepiente de sus pecados, es tan grande, que el pecador no puede menos que derramar lágrimas de alegría por los cuidados y delicadezas que tiene la Virgen para con él.
¿Acaso una madre de la tierra no espera ansiosa el beso de su hijo? Así María espera ansiosa el beso arrepentido del pecador que se ha alejado de Ella y de Dios.
No hagamos esperar más a María, nuestra Madre del Cielo, sino vayamos urgentemente a sus pies y pidámosle perdón por el mal cometido, prometiéndole que, con su ayuda, ya no caeremos nunca más en tan miserables pecados. Y Ella, a no dudarlo, nos colmará de sus ternuras, y ya estaremos tan contentos y felices, que el sólo hecho de recordar por el mal tiempo que hemos pasado al estar alejados del Señor, no querremos volver a pecar nunca más.
María es nuestra mamá, y que este pensamiento nos consuele en medio de todos los avatares de la vida.