lunes, 5 de febrero de 2018

Contradicción...

Se contradicen.


Cuántos sacerdotes y fieles católicos dicen creer en la presencia real de Jesucristo en las hostias consagradas, pero a juzgar por la forma en que tratan la eucaristía, ponen en duda su fe en ella.
Efectivamente muchos sacerdotes y hasta obispos hablan de Jesús presente en la eucaristía, pero después, en las celebraciones, tienen un trato desastroso con las formas consagradas. Y además, los mismos que se dicen devotos de Jesús en la eucaristía, son los que jamás encuentran un momento en el día para arrodillarse ante el sagrario. ¡Qué contradicción! Por un lado dicen tener fe, y proclaman por todas partes que hay que honrar a Jesús sacramentado, pero luego con su modo de actuar, desdicen lo que afirman.
Ya lo ha dicho el Santo Padre Pío de Pietrelcina: que es más fácil que la Tierra se rija sin el sol, que el mundo sin la eucaristía.
Y del trato que se le está dando a Jesús sacramentado, tratado como una “cosa” y no como a una Persona que es Dios, vienen todas las desgracias a este mundo.
Con razón la Madre Teresa de Calcuta dijo una vez que más grave que el aborto era la Comunión en la mano. Y es evidente que si a Dios se lo trata como una cosa, y no se tiene en cuenta que en cada partícula de las hostias consagradas está Dios todo entero, entonces podemos comprender cómo se pisotea y manosea a Dios en las iglesias.
Si no conviene pisar figuras sagradas ni agua bendita, ¿qué se puede decir del pisotear en las iglesias las partículas de hostias consagradas que los fieles y ministros dejan caer en el piso? ¿O las partículas minúsculas que quedan en la mano luego de comulgar, y que quién sabe adónde van a parar?
El Anticristo abolirá el Sacrificio de la Misa por tres años y medio. Efectivamente en la Iglesia, acogiendo la doctrina protestante, un día se dirá que la Misa no es un Sacrificio sino sólo la sagrada Cena, y así se dejará de celebrar la Misa. Es el horrible sacrilegio profetizado en la Biblia y que cumplirá el Impío. Pero no podemos negar que el haber introducido la Comunión en la mano es un gran paso hacia esta próxima abominación.
¿Se cree o no se cree que Dios está presente en las hostias consagradas? ¿Y si se cree, entonces por qué se lo trata de esa forma?
Dios está en cada partícula minúscula del Pan consagrado. ¡Qué cuidadoso debe ser nuestro trato con la eucaristía, ya que en ella está el mismo Dios, Uno y Trino!