viernes, 9 de agosto de 2013

Pedir perdón...

EL SACO DE PLUMAS 
Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste.
“Sal a la calle y búscalas”.
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo: "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".
"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón".

Papa Francisco...

Papa Francisco ‏@Pontifex_es
Somos vasijas de barro, frágiles y pobres, pero dentro llevamos un gran tesoro.


Conociendo a Jesucristo
Fiel a sus promesas. 
Jesús, que es Dios, nos ha hecho muchas promesas en su Evangelio, y sabemos que, por ser Dios, Jesús es fiel y cumplirá a la perfección cada una de sus promesas divinas.
Debemos tener una gran confianza en Jesús y entregarnos cada vez más profundamente a Él, siguiendo todos sus consejos de vida eterna, para ganarnos las promesas hechas por Él.
Una de las tantas promesas que nos hizo Jesús es que si damos generosamente, también recibiremos generosamente. Si aprovechamos esto, no podemos ser avaros con los dones materiales y espirituales que hemos recibido de Dios, sino darlos con generosidad, ya que Dios nos devolverá el ciento por uno.
Jesús es fiel a lo que promete, y también Él ha prometido que el Reino de Dios vendría a la tierra. Con  la alegría de que ello se cumplirá a su tiempo, confiemos en Jesucristo, que nunca promete si no va a cumplir, y fiémonos de Él en todo, incluso en las promesas que ha hecho a los Santos, como la que le hizo a Santa Margarita María de Alacoque su Sagrado Corazón, entre las que destaca la Gran Promesa de que se salvará quien comulgue, con las debidas disposiciones, nueve primeros viernes de mes consecutivos.
Dios siempre ha prometido a lo largo de la historia, desde la creación del mundo, y no ha dejado de cumplir ni una sola de sus promesas. Confiemos en Jesús que es el Hijo de Dios, que es Dios, y es Fiel en cumplir lo que ha prometido.

¡Alabado sea Jesucristo!