viernes, 21 de diciembre de 2012

Danos tu Fé...


¡Dános tu fe, María!

Para que Dios nazca en nosotros sin pedir nada a cambio
y, sea nuestro corazón,
una cálida cuna donde Jesús encuentre cobijo y consuelo.

¡DÁNOS TU FE, MARÍA!
Para que, en estas horas de santa tensión,
donde el cielo y la tierra juegan a juntarse,
podamos también nosotros hambrear
el manjar de Amor que se sirve en Belén.

¡DÁNOS TU FE, MARÍA!
Queremos que, Tú, seas una puerta
por la que podamos entrar
y disfrutar del Misterio de Dios humanado.
Una puerta que, cuando se abra desde fuera,
entendamos y comprendamos
que es Dios quien lo hace desde dentro,
que es Dios quien tira desde el cielo.

¡DÁNOS TU FE, MARÍA!
Para que no vacilemos ni en el amor ni en la fe.
Para que nos pongamos en camino hacia Aquel que viene.
Para que seamos heraldos de la Buena Noticia.
Para que, el Niño que quiere salir de tus entrañas,
encuentre aquí y ahora,
hermanos que le amen, le ayuden y le sigan.

¡DÁNOS TU FE, MARÍA!
Para que Dios esté pronto con nosotros.
Para que nosotros, pronto estemos con Él.
Para que creamos, aun sin ver.
Para que aún sin ver, creamos por encima de todo.

¡DÁNOS TU FE, MARÍA!
Sólo así, podremos vivir, celebrar,
cantar y festejar el encanto de la Navidad.
Sólo así, en este Año Santo de la Fe,
podremos conocer, sentir, vivir,
amar, testimoniar y celebrar,
al DIOS que viene pequeño por Navidad.

P. Javier Leoz


Mensaje Eucarístico...


Mensaje eucarístico

Contra corriente. 
Los cristianos debemos ir a contracorriente del mundo, porque el mundo, hoy más que nunca, está en poder del Maligno, que es su príncipe, y nosotros tenemos que ir en contra de sus principios y máximas, si queremos ser fieles a Cristo y a su Evangelio.
Entonces, como Amigos del Santísimo Sacramento, debemos saber que las visitas que hacemos a Jesús Eucaristía, nos van templando para que esta lucha y este avanzar contracorriente se haga más fácil, porque el Señor, que ha vencido al mundo, desde la Eucaristía nos da la fuerza necesaria para oponernos a este mundo en manos de Satanás.
También encontraremos refugio a los pies del Sagrario, y consuelo, porque el tener que andar siempre nadando en contra de la corriente, nos cansa y muchas veces nos tiende a desanimar, entonces es necesario que vayamos a consolar nuestro corazón y a fortalecer nuestra voluntad al Corazón de Jesús, presente en el Santísimo Sacramento.
Jesús está sólo en el Sagrario, y nosotros muchas veces quedaremos también solos en medio de nuestra familia, en medio del mundo, porque por no querer seguir la moda, seremos proscritos y dejados de lado. Entonces será el momento de acudir al Solo del Sagrario, para hacernos compañía mutuamente y participar ya de la unión de las almas en gracia, de la Iglesia Militante, Purgante y Triunfante, todas presentes en el Tabernáculo, porque donde está Dios, está todo el Cielo.