martes, 15 de abril de 2014

Película "Son Of God" (Hijo de Dios) - Tráiler en Español HD

Las pruebas...

Mensaje de María del Rosario de San Nicolás con comentario

Dios nos pone a prueba. 
18-9-84                                                                                                         290 
No ofendáis a Dios, no reneguéis de El cuando os pone a prueba, porque os quiere probar en vuestra fe.
Quiero que todos lleguéis al Señor, ya que mucho amor necesitáis queridos míos. Combatid la incertidumbre, nunca dudéis del Todopoderoso y sobre vosotros aparecerá la Luz que bañará vuestras almas.
Alabado sea el Señor. 
Leed: II Tesalonicenses C. 2, V. 14 y 16-17 
     14    El los llamó, por medio de nuestro Evangelio, para que posean la Gloria de nuestro Señor Jesucristo.
     16    Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza,
     17    los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena. 
Comentario: 
Si bien en este mensaje, como en la misma Sagrada Escritura, se dice que Dios prueba, que Dios pone a prueba; en realidad la prueba nunca puede venir de Dios, sino que es el demonio el que quiere poner pruebas a los hombres, y Dios sólo las permite.
Así sucedió con Job, como lo leemos en el Libro Sagrado. Y es que el diablo es quien quiere ponernos a prueba con miles de cruces, problemas y males, puesto que los males nunca pueden venir de Dios, sino que Él sólo los permite, porque saliendo bien de la prueba, aumentamos en santidad.
Así que cuando estemos en el dolor y en la prueba, recordemos que no es Dios el que nos ha herido, sino que es el demonio, con la permisión de Dios, quien nos hace sufrir. Entonces no nos enojemos con Dios ni le tratemos de malo, sino acudamos a Él a pedirle ayuda, que nos defienda contra el maligno enemigo, y que podamos pasar bien la prueba, para ganar méritos y demostrarle al Señor cuánto le amamos.
Porque el Demonio quiere que insultemos a Dios, que hagamos culpable al Señor de todo lo que padecemos, que maldigamos a Dios. Y justamente eso es lo que no debemos hacer, y tomando otra vez el ejemplo de Job, debemos tener paciencia y bendecir al Señor, pidiendo su ayuda.
María del Rosario de San Nicolás, ruega por nosotros.


El Gloria...

Fragmento del Diario de Santa Faustina Kowalska,
"La Divina Misericordia en mi alma", con comentario

El Gloria. 
576            Una vez, cuando el confesor me dio por penitencia rezar un Gloria, eso me tomó mucho tiempo, más de una vez empezaba y no llegaba a terminar, porque mi espíritu se unía a Dios y no lograba estar presente en mí misma. En efecto, a veces, a pesar de mi voluntad, me envuelve la omnipotencia de Dios y estoy sumergida entera en Él por el amor y entonces no sé lo que pasa alrededor de mí. Cuando dije al confesor que esta breve oración me ocupaba a veces muchísimo tiempo y que a veces no lograba rezarla, el confesor me mandó rezarla en seguida en el confesionario. Sin embargo mi espíritu se sumergía en Dios y no lograba pensar lo que quería a pesar de hacer esfuerzos. Entonces el confesor me dijo: Recítela conmigo. (46) Repetí cada palabra, pero mientras repetía cada palabra, mi espíritu se sumergía en la Persona que nombraba. 
Comentario: 
Lo que sucedía a Santa Faustina nos debería suceder a todos los cristianos, porque al recitar el Gloria, estamos invocando a la Santísima Trinidad. Y ya que no somos tan santos para que entremos en éxtasis al rezar el Gloria, al menos inclinemos la cabeza, en  señal de adoración y respeto a la Santísima Trinidad, como lo hacen los Santos y Ángeles del Cielo, y como lo ha hecho María Santísima en muchas apariciones, cuando reza el Rosario con los videntes. Efectivamente los que han rezado el Rosario con la Virgen, observan que Ella sólo recita con ellos el Gloria del Rosario, y en esta oración inclina la cabeza. ¿Quiénes somos nosotros, pobres mortales, para no hacer lo mismo que hace la Madre de Dios? Inclinemos la cabeza al rezar el Gloria del Rosario, y entonces Dios Uno y Trino volcará un mar de gracias y favores celestiales sobre nosotros.
Si cuando estamos ante una persona de alta jerarquía, nos quitamos el sombrero y hacemos otras muchas reverencias y saludos, ¡cómo no hacer algo similar cuando estamos en presencia de la Santísima Trinidad y la invocamos mediante esta oración!

Jesús, en Vos confío.