sábado, 3 de octubre de 2015

Instantes...

De pecadores a santos

En un instante.
Algunos creen que para pasar de ser pecadores a santos, se necesitan muchos años, mucha penitencia, trabajo interior. Y esto es así en gran parte. Pero también se puede pasar de pecador a santo en cuestión de instantes. Si no, veamos en el Calvario, cuando el Evangelio dice que los dos ladrones que estaban a los lados de Jesús, crucificados con Él, le insultaban, pero uno de ellos luego cambia de golpe y reconoce a Cristo por lo que es: el Rey eterno, Dios. De un momento a otro cambió radicalmente, y cometió el último “robo” de su vida: el Cielo, pues efectivamente el Buen Ladrón fue uno de los primeros que entró al Paraíso junto con Jesús.
También Jesús da a entender este misterio cuando nos narra la parábola del dueño de la viña que sale a contratar trabajadores. Dice el Señor que los contrata hasta el último momento, y que todos reciben la misma paga. Es decir que también se ganan el Cielo quienes se convierten en el último momento, pues quizás reciben los últimos sacramentos en su lecho de muerte, o hacen un acto de contrición perfecta, y vuelan a los brazos del buen Dios. Y eso lo logran en un momento, en pocos minutos, o quizás en un instante.
Así que no nos descorazonemos, si parece que no avanzamos en el camino del bien, porque en algún momento puede suceder que entendamos todo de golpe, y hagamos un acto de tanto amor a Dios, que nos santifiquemos milagrosamente de un momento para otro.
Nunca hay que perder las esperanzas, y más cuando otros han rezado por nosotros, o nosotros mismos, en el pasado, hemos hecho obras buenas y hemos rezado, ya que todo es tenido en cuenta por Dios, y en el momento justo nos dará la gracia para santificarnos.