lunes, 26 de junio de 2017

Vuelo Nocturno en Rosario - Drone City Flight (with phantom 2 and gopro)

Errar...

Si no queremos errar…

errar
Si no queremos errar en la vida, vivamos en gracia de Dios. Porque si vivimos en pecado mortal nuestra alma está en tinieblas, y nuestra mente ofuscada por el mal.
Quien vive en gracia de Dios es de un reino superior a quien no vive en gracia, puesto que si bien a simple vista parecen dos hombres iguales, en realidad quien vive en gracia es del Reino celestial.
Si vivimos en gracia, entonces tendremos la inteligencia iluminada por la gracia, y asistida por los Dones del Espíritu Santo, y así, al tomar alguna decisión, acertaremos en ella. En cambio quien no vive en gracia, deambula en las tinieblas, y es por eso que en el mundo, especialmente los gobernantes, que viven habitualmente en pecado, toman decisiones equivocadas y no aciertan a ir por el camino de la justicia y el bien.
El mundo se precipita en la ruina porque hay en él una crisis de gracia. Efectivamente donde reina el pecado no se puede esperar nada bueno, y en el mundo de hoy reina el pecado.
No es lo mismo un hombre que vive en pecado mortal que otro que vive en gracia de Dios, son completamente distintos. El que vive en gracia de Dios es de un reino superior y está conectado con lo divino. Quien vive en pecado es de un reino inferior, y está más cercano a los animales y a los demonios.
Aunque esto parezca escandaloso, es la pura verdad, y por eso si no queremos errar en la vida, vivamos en gracia de Dios.
Pero es que tenemos la obligación de vivir en gracia, puesto que la muerte nos debe encontrar en ese estado si queremos salvarnos. Porque si morimos en pecado mortal, nos espera el abismo infernal.
Entonces cuando veamos por todas partes el desatino, la imprudencia, el error, la maldad, lleguemos a la conclusión de que allí hay alguien que no vive en gracia y esas son sus manifestaciones materiales. Mucho más es lo que queda oculto, puesto que lo espiritual no se ve a simple vista, y si viéramos con los ojos del cuerpo lo que es, y el estado en que está, un alma en pecado, jamás cometeríamos un pecado grave sino que viviríamos siempre en amistad con Dios, teniendo horror al pecado.
Además, como dice la Sagrada Escritura, a quien cumple los Mandamientos, todo le saldrá bien, ya que a la corta o a la larga saldrá triunfador. En cambio quien no los cumple, aunque parezca que aparentemente triunfa en el mundo, su camino terminará mal, como también lo dice la escritura: “El camino de los malvados termina mal”.
Es bueno que sepamos estas cosas para entender un poco mejor por qué hay tanta maldad en el mundo, tantos errores y barbaridades. Es simplemente porque la gracia no está allí en las almas, y la gracia santificante lo es todo. Con la gracia somos semejantes a Dios. Sin la gracia somos semejantes a los demonios. Esa es la verdad. Pensemos en ello.